Día 1:
EL ORIGEN DE NUESTRA ESPERANZA
El Dios que llevamos dentro
Como en María en Dios se inicia nuestra esperanza. Dios nos habla. No andamos perdidos. El inicio de nuestra esperanza está en la confianza que tenemos en Dios. No se ha alejado de la humanidad, sino que se acerca a ella. Dios no está lejano ni ajeno a nosotros. Lo hemos invitado a nuestra casa, le hemos invitado a pasar a nuestras vidas y a habitar en nuestro corazón. No dejemos que otras palabras nos roben del corazón ni su presencia ni nuestra esperanza.
Dios convierte a María en depósito de esperanza al confiarle sus planes de salvación y el modo cómo lo iba a realizar. Espera de ella una respuesta igualmente confiada. Y así fue. En el interior de María, en sus entrañas se empieza a gestar nuestra salvación ¡En la esperanza hemos sido salvados!
El Dios de la esperanza ha hecho en María entrañable la esperanza. No la buscamos fuera, crece dentro de nosotros junto con el Dios a quien le damos cabida en nuestros proyectos y en nuestras vidas.
También hoy es importante volver al origen de nuestra esperanza para que ni los optimismos ciegos ni el pesimismo fatalista nos quiten aquello que Dios sembró tan íntimamente dentro de nosotros
El sí de María ha despertado la esperanza.
Escribe: Padre Pablo Medina SDB