Los Salesianos de Don Bosco estamos llamados a ser pastores y educadores de los jóvenes, sobre todo de los más necesitados. Les ofrecemos una experiencia integral de maduración humana, espiritual e intelectual. Acompañándolos, nos esforzamos por conocer su realidad y sus culturas para responder a sus necesidades y expectativas.
Estamos llamados a hacernos presentes entre los jóvenes a través de un particular compromiso en la acogida, la escucha, el estudio, la reflexión y la interpretación que nos permiten conocer mejor sus situaciones. Con esa actitud aprendemos discernir los mejores modos de acompañarlos a través de propuestas educativas y pastorales que respondan a sus reales necesidades.
La dimensión comunitaria de la pastoral juvenil salesiana
Nuestra llamada a ser educadores y pastores de los jóvenes es una experiencia que vivimos junto a un amplio movimiento de personas, con quienes damos testimonio y nos comprometemos a vivir la misión salesiana como respuesta al mandato de Cristo en el servicio a los jóvenes.
La pastoral juvenil salesiana es una experiencia comunitaria. Una comunidad, Salesianos y laicos corresponsables, que es sujeto educativo y mensaje de evangelio, al mismo tiempo. Es una comunidad que educa y testimonia por medio del espíritu de familia. Es una comunidad, que siendo parte de la Iglesia, vive la misión evangelizadora con el carisma de Don Bosco y hace visible la espiritualidad de la comunión.
Los jóvenes, que viven en un mundo de continuo cambio, con desafíos que los condiciona y deja impotentes, nos invitan a acogerlos, a escucharlos y a acompañarlos. Ellos llevan en el silencio de su corazón el grito de un vacío existencial y al mismo tiempo una evidente y profunda búsqueda de sentido en sus vidas.
Con la inspiración y el ejemplo de Don Bosco, que en su tiempo ofreció una comunidad de laicos, religiosos y jóvenes colaboradores, sentimos la necesidad que en nuestra misión, en todos los niveles, se construya esta Comunidad Educativa Pastoral (CEP), comprometida y formada adecuadamente para enfrentar estos nuevos desafíos.
Como CEP se nos llama a acompañar y a crecer junto con los jóvenes a través de una propuesta educativa y evangelizadora. En un ambiente así, la CEP educa a los jóvenes con la finalidad que ellos sean protagonistas de procesos evangelizadores y educadores.
Como el Buen Pastor también nosotros vamos al encuentro de los jóvenes, de sus culturas y de sus historias
Los Salesianos de Don Bosco estamos llamados a ser pastores y educadores de los jóvenes, sobre todo de los más necesitados. Les ofrecemos una experiencia integral de maduración humana, espiritual e intelectual. Acompañándolos, nos esforzamos por conocer su realidad y sus culturas para responder a sus necesidades y expectativas.
Estamos llamados a hacernos presentes entre los jóvenes a través de un particular compromiso en la acogida, la escucha, el estudio, la reflexión y la interpretación que nos permiten conocer mejor sus situaciones. Con esa actitud aprendemos discernir los mejores modos de acompañarlos a través de propuestas educativas y pastorales que respondan a sus reales necesidades.