Aciprensa – Nos encontramos a un día de la celebración del Cónclave que elegirá al sucesor del Papa Emérito Benedicto XVI, el martes 12 de marzo, un día histórico para la historia de la Iglesia Católica, los 115 cardenales electores se encerrarán en la Capilla Sixtina ante el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel y esta vez, deberán ser ellos mismos quienes juzguen.
Mientras tanto la prensa está al acecho de cualquier comentario de los cardenales y cuanto más controvertido o más “papable” sea, mejor.
Los periodistas esperan a la salida de la Congregaciones generales y los rodean como abejas, de manera que la birreta roja de la víctima, desaparece entre un puñado de cámaras fotográficas y de video en cuestión de segundos.
Comienzo a entender el dicho aquél que dice, que los periodistas son la peor raza que hay… y es que no es normal, por ejemplo, que el Cardenal canadiense Marc Ouellet, uno de los electores, haya tenido que pedir un escolta para preservar su seguridad debido al acoso mediático.
Calculo que había unos 200 periodistas durante la Misa que celebró el pasado 10 de marzo en su iglesia titular de Roma, Santa María in Traspontina.
Nadie quiere perder la oportunidad de tener material del futuro Papa, y como suele ocurrir en estas ocasiones, los artículos y los programas de televisión se rocían con una buena dosis de hipótesis y con puñados de nombres de los cardenales más sonados. Pero lo cierto es que todo eso, no es más que humo que nos venden.
En realidad, el verdadero y único humo al que tenemos que atender, es aquél que se elevará sobre los tejas de la Capilla Sixtina.
Mientras tanto, sigan haciendo sus apuestas, es totalmente lícito y natural. Además aquí, entre los corresponsales del Vaticano, es un tema muy de moda, por no decir el único. Pero a fin de cuentas, cuando vean a través de sus televisores salir el humo blanco, la famosa “fumata blanca” que anuncia la llegada del nuevo Papa, no olviden Quién tiene y siempre tendrá la última Palabra.