Hoy en día, y precisamente con mayor notoriedad en estos momentos de crisis y dificultad, el mundo se ha cobijado en el uso de las nuevas tecnologías digitales, como principal medio de comunicación.
Para los que desde hace algún tiempo apostamos por esta comunicación digital, percibimos con entusiasmo que el buen uso de las las herramientas digitales puede llegar a millones de personas. Los gestos de cercanía y comunicación se han ido transformando con el transcurso de los días. Se crearon los hashtag #YoMequedoEnCasa y #QuédateEnCasa, difundidos en más de 150 países y en diversos idiomas.
Los ambientes religiosos, ante la propagación del coronavirus, no se quisieron quedar sin el aliento de la Palabra de Dios; por ello, cada iglesia, parroquia, congregación o comunidad han optado por transmitir en vivo sus eucaristías o eventos. En esa misma línea se encuentran los colegios y universidades, donde los estudiantes están llevando clases de manera virtual.
El papa Francisco no es ajeno a estos cambios que nos proponen los ambientes digitales. Y como prueba de ello, tenemos la entrevista, vía Skype, que ofreció el Papa al periodista español, Jordi Évole. Quizás, hace 20 años atrás, nadie hubiera pensado en que esto ocurriría. ¿Un papa conversando por Skype?
En dicha entrevista, el papa reflexionó acerca de las principales problemáticas que ocurren a raíz de esta pandemia: pobreza, intereses económicos, crisis de despido, familias desamparadas, entre otros. Pero también destacó y valoró la presencia de los médicos, enfermeros, empleados de limpieza y tantas otras personas que día a día se la juegan por salir de este problema. En palabras del papa: “Me gusta usar unas palabras, ‘los santos de la puerta de al lado’. Muchos no son creyentes, pero en el testimonio ves capacidad la de jugarse por el otro». Son gestos de cercanía y amor que, ante estas dificultades, se valoran.
El mundo de lo digital y la comunicación, esa sinergia tan enriquecedora, siempre serán un desafío que debemos enseñar y aprender cada día. Vemos que, la tecnología no solo la podemos utilizar como mero entretenimiento, sino con un fin pedagógico que nos obliga a replantearnos nuestra manera de enseñar. Por ello, debemos estar en constante aprendizaje.
La tecnología nos abre un mundo que jamás termina, que está a nuestra disposición para acompañar el contenido que nosotros consideremos.