El martes 3 de marzo fue el día de la primera cosecha de los frutos. La jornada comenzó con la puesta en común del trabajo realizado por las 4 comisiones sobre el primer núcleo: “prioridades de la misión salesiana con los jóvenes”. El enfoque seguido fue el propuesto por el Istrumentum Laboris, inspirado por el Sínodo: reconocer, interpretar, elegir.
El intercambio entre religiosos de múltiples contextos juveniles y salesianos fue rico y sincero al poner de relieve las fortalezas, los límites y las debilidades. Es posible sintonizar con lo que surgió al escuchar algunas de las expresiones que resonaron en la sala por los que presentaron el trabajo de las comisiones.
“Los jóvenes son nuestros profetas y sus vidas, tanto en sus luchas como en sus proyectos, son profecía para nosotros. Nosotros, los Salesianos, con el sufrimiento, tomamos nota de que no siempre conocemos y habitamos el mundo de los jóvenes y que hay una distancia afectiva y efectiva entre nosotros y ellos. Nos piden tiempo y nos limitamos a dar espacio”.
La revolución es volver al primer amor, a ser una Congregación de pobres para los pobres. Esta situación nos pide repensar nuestra forma de vida, nuestra vida religiosa, más sencilla, palpablemente fraterna y pobre, de manera especial donde las obras ocupan más espacio que la presencia y que el Carisma.
La bondad amorosa y la amabilidad es el ADN del salesiano que sabe vivir la pedagogía de la ternura: rehabilitar lo afectivo como elemento clave, haciendo una alianza entre adultos y jóvenes. “Las personas no recordarán lo que dijeron o lo que hicieron, sino cómo los hiciste sentir”, manifestó Maya Angelou.
“Creemos que el contexto más apropiado para el Sistema Preventivo es la familia”.
Las propuestas que han emocionado y han animado a cada Capitular han llegado de parte de los jóvenes. Cada uno de ellos ha intervenido en el aula, ha expresado su alegría de poder hablar “a mi padre, en lo propia casa”.
Con franqueza y naturalidad han pedido a los Salesianos que sean sencillos y que Don Bosco esté en medio de ellos, sin miedo y sin esperar que los jóvenes se adapten al horario de los religiosos y a los “paquetes” de respuestas y a las estructuras preparadas sin la presencia de ellos. No buscan dirigentes que tienen todas las respuestas, buscan a los “Don Bosco de hoy”, dispuestos a caminar cerca de ellos, y con ellos; a construir el mañana junto a ellos, como sucedió a aquellos primeros jóvenes de Turín que, con Don Bosco, dieron vida a la Congregación Salesiana.
En los consejos más fuertes de parte de los jóvenes que participan al CG28 fueron: Mayor apertura al don de la mujer en la Iglesia y en la Familia Salesiana; una visión a la ecología no como una tarea entre otras, sino como el único futuro para todos y sobre todo para los jóvenes; estar con los jóvenes y del lado de los jóvenes empezando por aquellos que se orientan a la vida salesiana: “Por favor, ¡No los hagan inmediatamente veteranos y lejanos, apenas entren en vuestras casas de formación!”
Fuente: Agenzia Info Salesiana