Sin duda, el Mes Mariano es un tiempo de reencuentro, de celebración, y de recuerdos. Un re-encontrarse con el amor y la fe a la Madre Auxiliadora, aquella quien lo ha hecho todo. El mes de mayo tiene un profundo significado en la vida del ser salesiano. En esta ocasión, Fiorella Mogollón, profesora de música en el Colegio María Auxiliadora y directora de la Orquestina de la Institución, nos cuenta su experiencia de fe a la reina del cielo.
El Mes Mariano es compromiso…
Desde muy pequeña el Mes Mariano ha representado un mes muy especial para mí. Soy Salesiana desde que uso chupón. Ser Salesiana para mí significa amar a nuestra Madre Auxiliadora como Don Bosco nos enseñó y es algo que ha sido inculcado por mi familia.
María Auxiliadora es la guía en mi camino y estoy segura de que me tiene bajo su protección, lo he comprobado en situaciones concretas a lo largo de mi vida. Siento muy personal esta frase del Papa Francisco a la Virgen María: “Es la mamá que cuida a los hijos para que crezcan más y más, crezcan fuertes, capaces de asumir responsabilidades, de asumir compromisos en la vida, de tender hacia grandes ideales”.
No es un Mes Mariano para mi si no me preparo para la gran fiesta de mi Madre Auxiliadora viviendo la novena profundamente. Es un mes de muchos recuerdos significativos, un mes de reencuentros con tantas personas que tras múltiples situaciones vuelven a casa a ver a nuestra Madre.
Tengo una pasión muy grande por la música y en el mes mariano todos mis esfuerzos musicales están enfocados en María y aunque a veces pareciera que ya no hay fuerzas, Ella siempre las recarga.
Tengo el honor de trabajar en la Casa de la Virgen y pues sé que fue Ella quien me quiso ahí.
Hoy, gracias a mi trabajo puedo unirme a la alegría, gratitud y amor que las niñas y jóvenes le expresan a nuestra Madre en su advocación de María Auxiliadora y lo hacen por medio del arte, la música.
Es una sensación indescriptible la emoción que se siente en cada oración, en cada Eucaristía, ver como de tan pequeñas se acercan a Ella con tanto fervor, ver como las jóvenes se inspiran en María y todo lo que significa para ellas escribiéndole canciones, oraciones y poesías en las cuales le expresan su amor.
En conclusión, el Mes Mariano es compromiso, es tratar de asumir con mis decisiones de cada día las actitudes de María, haciéndome cercana a los demás para ser auxiliadora en medio de mi familia, de mis amigos, mi comunidad, mi parroquia, mi trabajo y con todos aquellos que me necesitan.
Quien vive intensamente un Mes Mariano, se dará cuenta que su vida no vuelve a ser la misma. Los invito a todos a vivir esta experiencia.
Fiorella Mogollón