En un ambiente de gratitud, alegría y júbilo, con el gran compromiso de servir a los jóvenes más necesitados, fue ordenado sacerdote el hermano: José Luis Sánchez, SDB.
La emotiva celebración, realizada en la Basílica de María Auxiliadora, fue presidida por el Mons. Salvador Piñeiro, actual Arzobispo de Ayacucho, y concelebrada por el padre Inspector, Manuel Cayo, SDB. Se hicieron presentes también diversos hermanos de la Familia Salesiana, quienes llegaron de las provincias para expresar su afecto y cariño.
«Hoy más que nunca es urgente el trabajo sacerdotal, porque hay tantos que han olvidado el camino». Con estas palabras, el Monseñor Piñeiro hizo énfasis en la importancia y el valor que tienen los sacerdotes en la sociedad. Hay necesidad de ser servidores del Evangelio, alcanzar la gloria transmitiendo la Palabra de Jesús. Y eso es lo que precisamente será el P. José Luis: un gran servidor del Evangelio. Visiblemente emocionado, agregó: «en el mundo de hoy ,donde hay tanta juventud desorientada, hogares en crisis, ancianos marginados, es necesario un buen pastor que anuncie el evangelio de la vida, de la familia, de la eternidad. Somos peregrinos del cielo»
«Qué hermoso, José Luis, que escuchando la llamada del Señor, encontraste en la escuela de Don Bosco un camino tan importante para tu santificación personal y para el servicio de los niños, de los jóvenes»
“Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia” Salmo 136. Es esta frase que acompaña y acompañará el camino del padre José Luis, quien tras culminar la ceremonia de su ordenación expresó su agradecimiento a todas las personas que estuvieron presentes en la Basílica.
Acto seguido, añadió, «yo no soy sacerdote para mi, soy sacerdote para ustedes» Dios es bueno, bello. Dios es grande y hace maravillas. ¡De aquí no paramos hasta el cielo!
Grata fue la presencia de los jóvenes, quienes a través de esta experiencia pueden enriquecer su cercanía y afecto hacia Dios.