El Papa Francisco mostró su aprobación ante la modificación del artículo 2267 del catecismo de la Iglesia Católica, en el que da referencia a la pena de muerte. Esto fue conocido por el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis F. Ladaria.
Esta modificación se presenta de la siguiente manera:
“Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común.
Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente.
Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona», y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.
En el pontificado del Papa Juan Pablo II, este párrafo ya había sido corregido después de las afirmaciones en la Encíclica Evangelium vitae de 1995, y en esta ocasión se volvieron a revisar y modificar luego del discurso del Papa Francisco a los participantes en el encuentro promovido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, el 11 de octubre 2017.
Fuente: Vatican News