P. Luis Héctor Salaverry
Inspector de los Salesianos del Perú y Bolivia
(1920-1923)
El padre Luis Héctor Sallaberry fue el tercer superior provincial de la Inspectoría Salesiana Santa Rosa de Lima y el primer no italiano en ejercer esta labor. También fue el primer salesiano llegado desde otra inspectoría para desempeñar esta función de gobierno. Su gestión en nuestro país se enmarcó los gobiernos de Don Pablo Albera (II Sucesor de Don Bosco, 1910-1921) y Don Felipe Rinaldi (III Sucesor de Don Bosco, 1922-1931) como Rectores Mayores de los Salesianos.
Sus inicios
El padre Sallaberry nació en Paysandú (Uruguay) el 1 de noviembre de 1874 en una familia de origen italiano. Sus padres fueron Giovanni Battista Sallaberry y Giovanna Etchebehere. Estudió en tres históricos frentes educativos de los Salesianos en Uruguay: el Colegio Nuestro Señora del Rosario de Paysandú, el Colegio Pío de Villa Colón y la Escuela de San Isidro de Las Piedras.
Al no obtener el permiso de los suyos para seguir la vida religiosa, dejó su país y viajó a Argentina donde recibió la sotana de manos de monseñor Santiago Costamagna. Posteriormente viajó a Chile con el falso nombre de Luis Hurtado. Allí completó sus estudios de filosofía y teología, recibiendo la tonsura de manos de monseñor Juan Cagliero.
Labor en Chile
Hacia 1892 inició un largo periodo de casi tres décadas en las casas salesianas de Chile, que solo interrumpió brevemente en 1897 para retornar a su natal Uruguay, donde fue ordenado sacerdote el 16 de mayo de manos de monseñor Ricardo Isasa.
Desde 1898, ocupó diversos cargos que evidencian la confianza de sus superiores: director de la casa de Concepción entre 1898 y 1905, del colegio Pío IX de Valdivia en 1906 y 1907, de la casa de Valdivia de 1908 a 1911, entre otros. Fue Consejero Inspectorial de aquella provincia salesiana, llegando a ser nombrado Pro-Vicario. Ejerció como Gobernador Eclesiástico de Punta Arenas, en apoyo de su obispo el célebre salesiano monseñor José Fagnano.
En este contexto, se produjo su encuentro en febrero de 1916 en el tren trasandino que une Argentina y Chile, con el padre Ernesto Vespignani, quien iba rumbo al Perú para diseñar la Basílica de María Auxiliadora de Lima. El padre Sallaberry no se imaginaba que, cinco años después, él inauguraría dicho templo en su condición de Inspector de los Salesianos del Perú y Bolivia.
Inspector del Perú y Bolivia
El padre Sallaberry llegó a Lima el 5 de febrero de 1920. Ejerció como superior de la Inspectoría Salesiana Rosa de Lima durante tres años, tiempo enmarcado en un ambiente singularmente festivo por la conmemoración del primer centenario de la independencia del Perú (1821-1921) y la particular simpatía del Presidente de la República Augusto B. Leguía por los Salesianos.
En este contexto, se inauguró la Basílica de María Auxiliadora de Lima como Homenaje Nacional por el Centenario de la Independencia (1921) y el salesiano Octavio Ortiz Arrieta fue elegido por el Parlamento y propuesto por el Presidente Leguía a la Santa Sede como Obispo de Chachapoyas, siendo consagrado como tal en la Basílica de María Auxiliadora (1922). Este último evento coincidió con su prolongada ausencia de catorce meses de la Inspectoría Peruana, entre octubre de 1921 y diciembre de 1922. Durante gran parte de ese tiempo, fue reemplazado por monseñor Ortiz Arrieta como inspector interino, labor que ejerció hasta su partida a Chachapoyas en julio de 1922.
La gestión del padre Sallaberry merece ser recordada por su aporte al crecimiento y consolidación de la Inspectoría, con el inicio del noviciado en Arequipa (1921, a la que sumó el filosofado en 1922), y las emblemáticas fundaciones de la parroquia salesiana de Magdalena del Mar (1923) y la casa de Huancayo (1923). Ambos frentes, aún vigentes cien años después, se iniciaron durante las últimas semanas de su gestión gracias a las adquisiciones de predios hechas en 1921 también por él en ambas localidades.
Entregó el cargo a su sucesor, el beato José Calasanz, el 4 de mayo de 1923, día en que éste llegó al Perú. Permaneció algunas semanas más en el país, siendo condecorado el 25 de mayo por el Gobierno Peruano con la Orden del Sol del Perú en el grado de Comendador. Partió el 30 de mayo rumbo a su patria, Uruguay, a donde lo destinó la obediencia.
Fecundo trabajo en Uruguay
El padre Sallaberry dedicó los siguientes 34 años de su vida a laborar en distintas casas salesianas de Uruguay. De sus distintas actividades, destaca un emprendimiento innovador para su tiempo: la prédica de Ejercicios Espirituales por radio, iniciada en Radio Jackson de Montevideo desde 1933. Su alcance masivo y efectivo trascendió fronteras, siendo invitado a realizar la prédica radial de sus Ejercicios incluso en países vecinos.
En este contexto, retornó al Perú en 1941 para participar de la conmemoración de las Bodas de Oro de la Inspectoría, evento en el que coincidió con su predecesor, el padre Reyneri, y con monseñor Ortiz Arrieta.
Hacia 1950 comenzó a padecer arterioesclerosis, enfermedad que minó su capacidad intelectual hasta reducirlo, según señala su carta mortuoria, en una inconciencia infantil. Falleció en los Talleres Don Bosco de Montevideo, Uruguay, el 23 de junio de 1957 a los 82 años de edad.
David Franco Córdova
Historiador de la Congregación Salesiana del Perú
Fuentes: Libro de registro de salesianos de la Inspectoría Salesiana Santa Rosa de Lima. Tomo I: 1891-1940. Fol. 137. Archivo Histórico Salesiano del Perú – Sección Inspectoría.
Carta mortuoria del Padre Luis H. Sallaberry, escrita por el padre Amílcar Pascual, Inspector Salesiano de Uruguay. Archivo Inspectorial, Lima.
Cirilo Calderón. “Obra Salesiana en el Perú: 1891-1936”. Páginas 273-282. Texto mecanografiado. Archivo Histórico Salesiano del Perú – Sección Inspectoría.
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