BUENOS AIRES (ACI/EWTN Noticias).- El sábado 14 de setiembre en la Villa Cura Brochero, en Córdoba (Argentina), fue beatificado el Padre José Gabriel del Rosario Brochero, conocido como el Cura Brochero, en una Misa multitudinaria presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y enviado del Papa Francisco.
En la ceremonia se estima que participaron 200 mil personas, 60 Obispos y 1,200 sacerdotes.
En el decreto de beatificación, firmado por el Papa Francisco y leído por el Cardenal Amato, se lee: “Concedemos que el venerable siervo José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote diocesano, pastor según el corazón de Cristo, fiel ministro del evangelio, testigo del amor de Cristo a los pobres, sea llamado beato de ahora en adelante”.
La fiesta litúrgica establecida por el Papa para el Cura Brochero será el 16 de marzo.
Durante la ceremonia se leyó una carta del Santo Padre, quien destacó la figura del sacerdote, un “pastor con olor a ovejas” y un pionero de la evangelización en las “periferias existenciales”, haciéndose “pobre entre los pobres”.
En su homilía, el Cardenal Amato destacó que en el dectreto de beatificación figuran los “rasgos esenciales que retratan a este héroe cristiano, sembrador a manos llenas en estas tierras. Su beatificación es un acontecimiento de suma relevancia tanto social como religiosa”.
“Verdadero bienhechor del pueblo argentino, promovió el progreso de la sociedad y el bienestar de la comunidad. Trabajó a favor de la dignificación de la personas humana provenían de su santidad, un rasgos que todo reconocía en el ya en vida”.
El Cardenal Amato también subrayó que el trabajo del ahora Beato “en pos de la dignificación de la persona humana provenía de su santidad, un rasgos que todos reconocía en él ya en vida”.
“¿Quién era este sacerdote y qué fue lo que hizo para ser tan querido y venerado?”, preguntó, señalando luego que “la respuesta es simple: fue un sacerdote completamente dedicado a las almas, todo lo que hizo tuvo como horizonte al hombre y sobre todo de los más necesitados”.
“Se transformó en un difusor del reino de Dios y abanderado de Cristo”, indicó, y sostuvo que difundió los ejercicios espirituales, a los que movilizaba a multitudes, porque estaba “convencido de su eficacia como instrumento para comunicar la luz de la libertad divina y que triunfo de la gracia, aún en los más rebeldes”.
La caridad pastoral del Cura Brochero “generaba comunión era un pastor para todos sus predilectos los enfermos, los pequeños, los pobres”.
Al concluir, el Cardenal exhortó a los sacerdotes a imitar al Cura Brochero y no olvidarse de ser generosos y ejercer el ministerio sacerdotal con serenidad y alegría.
“La presente beatificación es sólo un comienzo para conocer al Cura Brochero, este sacerdote santo, sigamos imitándolo y pidiendo por las necesidades espirituales y materiales”, dijo.
Al final de la ceremonia, el niño Nicolás Flores, quien recibió el milagro que permitió la beatificación del “cura gaucho”, junto a sus padres acercó al altar las reliquias del Beato.
El Cura Brochero fue declarado venerable en febrero de 2004 por Juan Pablo II. El 20 de diciembre de 2012, Benedicto XVI firmó el decreto que reconocía el milagro atribuido a la intercesión de Brochero.
Este milagro consistió en la recuperación sin explicación médica de un niño con pronóstico de “vida vegetativa” y problemas neurológicos severos tras sufrir un grave accidente vial.