Todos los Salesianos nos consideramos y nos tratamos como hermanos, sin diferencia alguna.
El mismo Don Bosco dio vida al Instituto de las Hijas de María Auxiliadora que trabajan con el mismo carisma especialmente en el mundo femenino; a los Cooperadores salesianos que son personas que difunden el espíritu salesiano en su propia familia y en los lugares en donde se desempeñan según su profesión. También impulsó la Asociación de María Auxiliadora que ejerce una labor formidable a nivel humano y espiritual en las familias.
Ahora la semilla de los comienzos se ha transformado en un gran árbol cuyas ramas se extienden en los cinco continentes.