Día 5:
PRESENTAMOS NUESTRA ESPERANZA
El Dios al que nos confiamos
En el templo de Jerusalén María y José presentan a Jesús a su Padre. Saben bien quién es el origen de su gozo y quién es el que mueve su historia. Reconocen que de Dios vino y a él debe volver. Todo creyente reconoce todo lo que ha recibido de Dios y a Dios se lo presenta.
Nuestra esperanza se ha iniciado en Dios. Inspirados en él, la construimos. Sabemos bien que es él quien nos mueve a esperar, por eso venimos también nosotros con la ofrenda de nuestra esperanza.
Venimos con nuestros anhelos, con los que guardamos en lo más profundo de nuestros corazones. Es tal vez la ofrende de los pobres, tal vez sean solo un par de monedas como las de la viuda, nuestras esperanzas y anhelos, pero es todo lo que tenemos.
Porque sabemos de quien viene lo que somos y tenemos, porque reconocemos que es Dios la fuente de todo, le presentamos nuestros anhelos, que es nuestra ofrenda; le presentamos nuestras necesidades, que es nuestra ofrenda y todas nuestras carencias, porque sabemos que en sus manos todo vuelve a tener futuro.
Entramos como María y José en el templo trayendo con nosotros al mismo Jesús. Entramos con él de los brazos en la vida, en la historia, en nuestra patria con lo mejor que tenemos ahora: nuestra esperanza.
Escribe: Padre Pablo Medina SDB