(ANS – Roma) – Publicamos a continuación la primera parte de una entrevista con don Francesco Cereda, Consejero General para la Formación, sobre la identidad y la especificidad del salesiano sacerdote.
¿Como es vivida en la Congregación hoy la identidad del sacerdote salesiano?
Ciertamente es necesario reflexionar mejor teológicamente y desde el punto de vista carismático sobre lo que consiste la identidad del religioso sacerdote, especialmente para nosotros salesianos que en la Congregación tenemos dos maneras de vivir la vocación consagrada. Esta identidad no siempre es clara, sobre todo hoy, no son siempre reconocibles las formas características y propias del ejercicio del ministerio presbiteral en la Congregación, que está comprometida en mantener viva la doble polaridad de la educación y de la evangelización. Al mismo tiempo, la Congregación también está llamada a encontrar las vías para realizar en la comunidades educativo-pastorales la reciprocidad y la complementariedad del aporte de sus dos formas vocacionales, ministerial y laical.
¿Cuáles son los «lugares» privilegiados para la formación en la identidad del salesiano sacerdote?
Son ante todo las comunidades de formación específica para los salesianos sacerdotes. Durante los cuatro años de formación, de la preparación para la ordenación sacerdotal y del estudio de la teología, los salesianos clérigos deben ser ayudados a vivir la unidad vital entre la vida consagrada salesiana y el ministerio presbiteral. Luego, deben ser ayudados a comprender y a experimentar la especificidad del ministerio sacerdotal salesiano. Las comunidades de formación específica deben ser como el «laboratorio» en el que se reflexiona y se experimenta la identidad del salesiano sacerdote a ejemplo de Don Bosco. En continuidad con esta fase se de tener más cuidado en la etapa del «quinquenio», en la que el salesiano sacerdote aprende a «entrar en el ministerio», ejercitándolo, encontrando y superando las dificultades, adquiriendo las actitudes y habilidades necesarias en las situaciones en las que se encuentra.
¿Cuáles son hoy las prioridades en la formación específica de los salesianos sacerdotes?
En la base del ministerio pastoral, el salesiano clérigo debe cultivar una espiritualidad bíblica, eucarística y mariana, es decir una vida espiritual que se nutre de la escucha y la meditación cotidiana de la Sagrada Escritura, que ponga al centro la relación y el encuentro con el Señor Jesús en la oración personal, en la oración litúrgica y en la Eucaristía, y que confía en María Inmaculada Auxiliadora. Sin una sólida, personal y convencida vida espiritual, el ministerio resulta infructuoso.
Al mismo tiempo, de las tres formas del ministerio la más deficiente parece ser preparación para el «liderazgo», es decir, la capacidad de animar, trabajar en equipo, proyectar, acompañar y guiar. Se trata de un «liderazgo» no de jefes, sino de servidores: un servicio que se centra en lo esencial, que tiene su autoridad en la autenticidad del testimonio, que se expresa con profunda humanidad.