Durante su visita en Haití, del 10 al 14 de marzo, el Rector Mayor, el P. Ángel Fernández Artime ha dado una entrevista al Delegado de Comunicación de la Visitaduría de Haití, el salesiano coadjutor Hubert Mesidor.
Cuatro días en Haití, cual es su balance de esta realidad salesiana?
El balance es realmente muy hermoso, nos vamos con el corazon muy lleno de alegria, de vivencias, de imagenes, de sonrisas, de latidos de corazon, de los jovenes haitianos y del pueblo haitiano. Con respeto a la presencia salesiana en el país, yo creo que tenemos una hermosissima realidad que sin duda se va a desarollar en el tiempo con una gran fidelidad a la mision salesiana al Carisma recibido del Señor y de Don Bosco y por lo tanto como dije a mis hermanos salesianos se trata de que seamos muy inteligentes y escuchemos los signos de los tiempos para con una mirada de futuro saber que tenemos que responder en fidelidad. No vale todo o cualquier cosa segun se nos occurra sino que espera hoy el Señor de nosotros y que necesitan los jóvenes y la sociedad haitiana desde el evangelio y desde nuestra misión de educadores-pastores.
Haití vive una situación excepcional post-terremoto. Como ve usted la reconstrucción en forma general y especialmente de las obras salesianas 5 años después del terremoto ?
En general he tenido esta sensacion que todavia queda mucho por hacer de esta reconstruccion, no sé si será possible hacerla. Me ha impresionado ver tantas casas que estan en proceso de construccion. Debo reconocer que me ha impactado mucho conocer Cite-Soleil donde la realidad es la misma que antes del terremoto es decir esta franja de pobreza rayando en el límite, no ha cambiado, ni con el terremoto ni después del terremoto porque la pequeña casa de lata que tenía la gente no se ha destruido y su realidad no ha cambiado. Yo creo que estos son los grandes desafíos del pueblo Haitiano, y lo digo con inmenso respeto, y lo digo con el deseo de que Haití pueda salir de este primer puesto de pobreza. Por otra parte se ve un pueblo lleno de latido de vida , y de pasión por la vida, de ganas de vivir y de dignidad. Como presencia salesiana, creo que se ha hecho con el esfuerzo de los Haitianos y con una gran ayuda de la Congregación, de la Familia Salesiana, de las procuras salesianas misioneras y de tantos organismos que han ayudado, organismos oficiales, nacionales de algunos países, se ha hecho un labor muy grande por la reconstrucción. Me siento orgulloso de ver como hemos sido muy serios y muy capaces de destinar los fondos para lo que eran. Quedan también trabajos por hacer, ojalá que encontremos la ayuda necesaria porque ciertamente reconstruir por completo 11 obras es una misión casi titánica. Pero creo que se puede ver la realidad con optimismo y esperanza y la clave sigue siendo la educación, para este pueblo la clave no puede ser solamente vender para sobrevivir en la calle ; eso sí hay que hacerlo. Pero la clave sigue estando en la educación, en la formación, la cualificación profesional de tantos miles y miles de jóvenes. Y en esto me siento muy esperanzado y muy contento de lo que estamos haciendo como mision salesiana y mision de iglesia.
A Gressier, hablando con los jóvenes usted ha dicho : “Queridos jóvenes, los jóvenes os necesitan, Don Bosco os necesita, Jesús os necesita, sed hoy protagonistas del nuevo Haití”. Como ve usted la situación de los jóvenes Haitianos ?
Veo a los jóvenes Haitianos con un gran potencial. Ayer veía a cientos y cientos de jóvenes de nuestra casa en la formación profesional, me dije aquí hay un camino si damos una formación integral porque es muy importante formar a la persona no solamente ayudarla a ejercer un oficio. Al mismo tiempo, creo que los jóvenes tienen derecho a tener oportunidades. No es justo que por haber nacido en una realidad de pobreza y despues castigado por un terremoto, que su horizonte sea un horizonte tan estrecho que no cabe ver más allá. Por lo tanto, insisto en el derecho de estos jóvenes a tener oportunidad. Insisto en la oportunidad que es educarles integralmente, primero en humanidad, en dignidad, tambien como creyentes desde nuestra condición de educadores en la fe. Me parece excelente la formación profesional, técnica y la formación general que estamos dando. Terminaría diciendo : Creo en los jóvenes Haitianos. Es un paíscon tanto potencial, es una nación con una franja de jóvenes que como occure en África y parte de América Latina es hermosíssima, no son naciones viejas, son naciones jóvenes, pero hemos de soñar y programar a largo plazo no solamente lo inmediato.
25 de marzo del 2014 – 25 de marzo del 2015: Un año como Rector Mayor. Cual es su balance de este primer año ?
A título personal ha sido un año muy hermoso, un año de gracia del Señor, un año donde he podido vivir experiencias muy bellas, muy significativas, muy impactantes. Y mirando la Congregación, me ha permitido comenzar a conocer un poquito más muy en serio la Congregación habiendo visitado 15 naciones, habiendo recibido tantos informes, tanta lectura, tantas entrevistas y cientos de encuentros con personas que han iluminado mi mirada, he de decir que tenemos una Congregación salesiana muy hermosa, muy llena de vida, que está preparada para dar lo mejor de sí a la iglesia, al mundo y a los jóvenes del mundo, y creo que podremos seguir trabajando en construir, dejar una Congregación Salesiana muy fiel, fiel al Señor. Trabajaremos, y es lo que estoy pidiendo a toda la Congregación, para ser siempre fiel, crecer en fidelidad a los jóvenes, en fidelidad a los pobres, para acercarnos a quienes más nos necesitan, para ser muy fieles al carisma que Don Bosco vivió y nos dejó y en definitiva ser fieles al Señor Jesús. Creo que lo somos pero mi gran pasión es que seamos más fieles todavía y tenemos 5 años por delante para hacer este camino juntos. El desafío lo tenemos, y una gran confianza en que el Señor nos va a ayudar en este camino.
Ser Rector Mayor en el año del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco. Que significado tiene esto para usted ?
Es un regalo de Dios. Es un regalo de Don Bosco absolutamente inesperado para mi. Lo recibo como un don con inmenso agradecimiento y con mucha humildad y sabiendo que es una gran responsabilidad. Pido todos los días la iluminación y la ayuda del Espíritu Santo para mi ministerio y para todos los que están ejerciendo cualquier servicio en la Congregación y subrayo especialmente que es un año de gracias no solo para mí sino para toda la congregación salesiana y para toda nuestra familia salesiana en el mundo. Un año que no estamos viviendo con grandes festejos, con grandes manifestaciones de fuerza, al contrario, hemos elegido el camino más autentico que es de una vivencia profunda de nuestro carisma, de nuestra vocación, una gran fidelidad al Señor y a Don Bosco, y traducido en cualquier signo, cualquier obra, y cualquier servicio que nos acerquemos a los jóvenes y especialmente a los más pobres. Este es el año del Bicentenario.