(ANS – Roma) – Como preparación inmediata a la fiesta de María Auxiliadora, Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor, escribió una carta a la Familia Salesiana, donde además de sus oraciones y buenos deseos, entrega un fuerte mensaje pastoral y social, donde es necesaria un nuevo modo de “hacer pastoral”: es la revolución de la ternura. A continuación algunos apartes de la carta de Don Ángel.
El Rector Mayor de los salesianos ha comenzado ya algunas visitas a las inspectorías, donde ha sido“testigo de multitud de proyectos apasionantes en los que una y otra vez, con pocos panes y pocos peces, Dios multiplica nuestra acción y hace prósperas las pobres obras de nuestras manos”.
Frente a la realidad social comenta Don Ángel: “Precisamente en estos días nos llegan noticias aterradoras sobre la persecución de cristianos en muchas partes del mundo, la violación de los derechos humanos en puntos difíciles del planeta, el maltrato y el secuestro de menores por su condición de mujer o por su credo. ¡Nada más lejos del plan de Dios! La presencia del Señor Resucitado es luz que aleja las tinieblas y paz que disipa el miedo”.
En su carta el Rector mayor hace una fuerte alusión al papel que, no solo como cristianos, sino como“hombres y mujeres de buena voluntad hemos de seguir empeñándonos, en nombre de Dios y de nuestros hermanos más vulnerables, en hacer emerger una realidad nueva más parecida al proyecto de Dios (…) Pero no solo es cuestión de la políticas de los estados o de las estrategias de las Naciones Unidas. En nuestra familia salesiana, marcados por una espiritualidad profundamente pascual, seguiremos trabajando con todas nuestras fuerzas para que haya vida, en nombre de Jesús, para los más pequeños y para los últimos”.
Hace un importante llamado afirmando que “estamos convocados a un nuevo modo de “hacer pastoral”: es la revolución de la ternura, de la cercanía a los más heridos, de acogida a los alejados, de propuesta de camino para los últimos, de acompañamiento cercano a los que la realidad social margina y abandona”.
Y finalmente, a poco tiempo del Bicentenario del nacimiento de Don Bosco, afirma que “la mejor manera de festejar a nuestro padre es la fidelidad a sus grandes intuiciones. No me cabe duda que una de ellas, compromiso vital para nosotros hoy, es la opción preferencial por los jóvenes “abandonados y en peligro”. Ante el mensaje del Resucitado, volver a Galilea es remontarnos a nuestros orígenes, es volver a los jóvenes pobres. Estoy seguro de que ‘allí lo veremos’”.
Es posible leer la carta completa en sdb.org.