(ANS –Roma) – Adhiriéndose al llamado a la paz reiteradamente reafirmado por el Papa, y también relanzado al interno de la Familia Salesiana por Don Ángel Fernández Artime, Rector Mayor de los Salesianos, la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Madre Yvonne Reungoat, invitó a las FMA a celebrar el próximo 15 de agosto con una jornada de oración y adoración por la paz.
He aquí su mensaje:
«Queridas hermanas,
vengo a hacerles una propuesta, segura de que encontrará su adhesión. En todo el mundo, a menudo a nivel de las Conferencias Episcopales, se indican jornadas de oración por los perseguidos por razones religiosas, y, en general, y por la paz en el mundo.
De cara a un recrudecimiento de la violencia un poco en todas partes, no podemos permanecer en silencio. Por lo tanto, nos unimos a la voz del Papa Francisco, de muchos obispos, sacerdotes, religiosos y simples fieles laicos.
Sabemos que muchos son los focos de guerra y asistimos a una escalada de intolerancia, persecución y crueldad. Víctimas de esta violencia sin sentido a menudo son civiles, en particular las mujeres y los niños. Queremos estar cerca de ellos, hacer oír nuestra voz. Sobre todo, nuestra oración, acompañada de un estilo de vida como signo de la comunión, de la solidaridad, de un mayor testimonio evangélico.
Junto con las hermanas del Consejo, propongo por tanto, que el 15 de agosto sea un día de oración y adoración en todo el Instituto por la paz en los países asolados por la guerra, especialmente en el Medio Oriente. Nos uniremos así a tantas iniciativas en el mundo activando la primera y fundamental ayuda, la espiritual.
Les pido involucraren la iniciativa a las comunidades educativas, en particular las jóvenes y los jóvenes, los grupos de la Familia Salesiana que tienen como referencia las comunidades de las Hijas de María Auxiliadora, la gente del lugar.
La paz es ante todo un don del Señor. Por esta razón, la invocamos en primer lugar con la oración. Pero también nos esforzamos en poner acciones de paz, en ser personas de paz, educándonos y educando a las relaciones que la manifiestan en comunidad y en la misión a nosotras confiada.
El desánimo yel pesimismo son enemigos de la paz. El bien precioso de la paz, aún siendo un don de Dios, es confiado a las frágiles manos humanas. Por esta razón, incluso cuando no vemos los resultados de inmediato, sabemos que comprometerse con la paz, educar a la paz y tener gestos de paz, construyen un tejido humano más respetuoso de la dignidad de todos. De esta manera, estamos poniendo las bases de la paz. Queremos llegar a construir una casa para la familia humana en la que todos se sientan acogidos y vivan en dignidad y seguridad.
María Auxiliadora, Reina de la paz, nos ayude a edificarla donde quiera que estemos, hagamos lo que hagamos. Y Don Bosco, del cual nos preparamos a iniciar el año bicentenario de las celebraciones, nos infunda en el corazón su celo pastoral animado por el «da mihi animas cetera tolle».
Les saludo congran afecto y les pido además una oración por el próximo Capítulo General».
