El P. Raúl Acuña, sdb, brindó una entrevista al Diario Expreso donde compartió la importante labor que realiza la Fundación Don Bosco, el crecimiento de la obra salesiana en el Perú, gracias a la evangelización, y su experiencia como misionero a favor de los más necesitados, tal y como lo hizo Don Bosco.
–¿Cuál es el objetivo de la gran rifa de ayuda social que realiza la fundación Don Bosco?
Este año, la Congregación Salesiana, específicamente la Fundación Don Bosco que ve la parte social, va a realizar el 11 de noviembre –fecha significativa para los Salesianos que recordamos a la primera expedición misionera que llegó de Italia hacia América del Sur en Argentina en 1875– la actividad denominada “Juntos por las Misiones Sierra”, que es una rifa a nivel nacional, donde hay 127 premios que representan a cada uno de los años que la congregación salesiana está en el Perú. En el Cusco estamos desde 1905. El objetivo de la rifa salesiana es poder obtener recursos para llevar a cabo nuestra misión evangelizadora y apoyar a niños y jóvenes con alto grado de vulnerabilidad en el país.
–¿Cuál ha sido la influencia de la Congregación Salesiana en el Perú a través del tiempo?
Los salesianos llegamos al Perú en 1891 y estamos presentes hace 127 años. Nuestro carisma es el trabajo educativo. Entonces, tenemos una serie de colegios y escuelas técnicas. Nuestra presencia empieza en el Rímac, que es la casa madre, y luego vinimos a Breña en 1898, para después expandirnos hacia el norte en Piura y hacia el sur en Arequipa. Actualmente estamos en Huancayo, Ayacucho y Cusco. En un principio estuvimos en Puno con una escuela agrícola. Hoy estamos presentes también en la Selva. Desde el año 2000 tenemos un proyecto en Yurimaguas y trabajamos con seis etnias. La misión salesiana es educativa y trabajamos socialmente a través de las misiones.
–Padre, ¿qué es lo último que le dejó la visita del Sumo Pontífice de la Iglesia católica, el Papa Francisco, al Perú?
El Papa llegó el primer día y estuvo aquí frente a la avenida Brasil, y convocó a muchísima gente. Y luego, el día domingo, pude participar en el encuentro de sacerdotes y en la gran misa que se realizó en el campo de la Fuerza Aérea en Surco. Recuerdo mucho su cercanía y llegada hacia el pueblo de este hombre maravilloso. El haber nombrado otro cardenal en el Perú [al monseñor Pedro Barreto] significa la respuesta del Papa hacia el recibimiento que le dio el Perú, porque Francisco vio a un Perú religioso, cristiano, católico que, a pesar de tantas dificultades, se las arregla para vivir.
–¿Qué significa para usted, como miembro de la Congregación Salesiana, cuando se refiere al carisma educativo?
El carisma educativo es la herencia recibida de nuestro padre San Juan Bosco, desde que él empieza su misión, educando a los niños y a los jóvenes que son nuestros destinatarios. Mediante los pueblos misioneros, damos la posibilidad a los jóvenes de cambiar sus vidas y transformarlas, y eso lo vemos en muchachos que llegan a nuestras casas albergues de Don Bosco, donde le procuramos acceso a la educación y una formación con refuerzo psicológico y alimenticio.
–¿Qué piensa cuando el Papa Francisco llama a ejercer la prédica del evangelio fuera de las iglesias?
La política del Papa Francisco en su gobierno es de puertas abiertas. Una Iglesia misionera de puertas abiertas no solamente es la estructura física, sino que cada uno de los pastores, los sacerdotes, los obispos, los laicos, estén dispuestos al encuentro personal con la gente, en un mundo socializado, con las personas que sufren y que son las más necesitadas. Sobre todo, para dar ayuda en el encuentro fraterno y solidario con los niños, jóvenes y ancianos.
SONRISA DE LOS NIÑOS Y JÓVENES DA SATISFACCIÓN
–En su experiencia de ayuda al prójimo como misionero, ¿qué es lo que lo ha marcado como ser humano desprendido?
Yo soy natural de Ayabaca, Piura. Llevo 28 años como sacerdote salesiano y desde el año 2010 estoy a cargo de la fundación Don Bosco, donde la mejor satisfacción la he tenido cuando viajo a sitios lejanos de la selva y sierra de nuestro país, y puedo encontrarme con niños y jóvenes que sonríen frente a una situación de ayuda, tras afrontar una situación difícil de desamparo.
Fuente: Diario Expreso