En un ambiente de familia y ante cientos de fieles, se llevó a cabo la peregrinación en honor a Santa Rosa De Lima, patrona de los Salesianos e Hijas De María Auxiliadora en el Perú. Participaron en la santa misa nuestras hermanas Hijas de María Auxiliadora, Salesianos Cooperadores, VDB y CDB, ADMA, ADS, exalumnos y exalumnas de Don Bosco, así como también los niños y jóvenes de la Casa de Acogida de Breña y los formandos salesianos de la Casa de Formación. La ceremonia fue presidida por el P. Inspector Santo Dal Ben Lava y concelebrada salesianos sacerdotes acompañados de los hermanos coadjutores. Los seminaristas de la Casa de Formación se encargaron de la animación litúrgica.
Durante la homilía el P. Inspector señaló tres elementos importantes que se deben destacar de Santa Rosa de Lima en la relación que tuvo con el Señor. En primer lugar, Santa Rosa tenía un corazón unido a Cristo, que se nació a través de su palabra. Y con el paso del tiempo el centro de su vida fue Dios. En Segundo lugar, el padre sostuvo que la penitencia es entrenamiento de atletas, entrenamiento para poder alcanzar una meta. Y así lo hizo Santa Rosa, quien se entrenó para controlar todo aquello que podía desordenar su vida, las cosas que no la hacían crecer. Día a día se preparó para crecer junto al Señor. Finalmente la misericordia que practicó fue encendida por el amor a Dios. Sintió la necesidad de entregarse a sus hermanos. Los amo con amor misericordioso, es decir compartiendo su vida y poniéndola al centro de los demás.
Al finalizar la Homilía se llevó a cabo un compartir organizado y ofrecido por ADMA que expresó ese estilo familiar y amical de los salesianos.
«Siempre tenemos la necesidad de contemplar el misterio de la misericordia»
La Familia Salesiana en compañía de los colaboradores de la Inspectoría Santa Rosa de Lima, Hijas de María Auxiliadora y cientos de fieles se unieron, en la Basílica de María Auxiliadora, para participar de un momento de gracia y de renovación espiritual, con la celebración penitencial, para acceder a la indulgencia plenaria en el año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Presidió la celebración el P. Inspector Santo Sal Ben Lava SDB.
Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”, con este cántico los feligreses hicieron su ingreso a la Basílica de María Auxiliadora, una de las 15 iglesias o santuarios jubilares en la Arquidiócesis de Lima.
Fue un momento de reflexión, que tuvo como fin hacer un buen examen de conciencia y un firme propósito de enmienda. ¿Reconoces y ves a Jesús en los pobres? ¿Te acuerdas de que hay personas que lo están tratando mal? ¿Trato a los demás con indiferencia?, éstas fueron algunas de las interrogantes que ayudaron a reflexión acerca de la labor que desempeñan a favor del prójimo: el amor y respeto por el otro.
Concluidos los actos penitenciales y eucarísticos entre abrazos y en plenitud de alegría, los participantes del Jubileo renovaron su compromiso como misioneros de la misericordia.
¡Gracias por celebrar el don de la Reconciliación!
Fecha: 29 de agosto