Del ‘Alam‘ nace el ‘Amal’. Es un juego de palabras árabe que significa: «del sufrimiento nace la esperanza”, y es que ni la guerra, ni el asedio a la ciudad de Alepo, ni las dificultades han impedido a los jóvenes cristianos de la obra salesiana poder festejar a Don Bosco, porque las ganas de vivir en plenitud y de encontrarse han sido más fuertes que el miedo a morir, y por este motivo casi un millar de ellos han participado en los actos de apertura del Año Bicentenario de su nacimiento.
Casi un millar de jóvenes se reunió hace dos semanas en la casa salesiana de Alepo, en Siria, para pasar dos días estudiando el tema Sed mis testigos e inaugurar así las celebraciones locales por el Bicentenario el Nacimiento de Don Bosco. La participación desbordó todas las previsiones y los jóvenes llegaron de las diferentes iglesias locales y, en muchos casos, de diversas asociaciones cristianas.
Los participantes, a medida que fueron llegando, recibieron su kit para las jornadas, que contenía varios instrumentos y una película sobre Don Bosco en árabe. Se presentó una exhibición de payasos seguida de una oración introductoria y la acogida de la cruz, que se quedará y acompañará a los jóvenes a lo largo de todo el año pastoral. Como escenografía, un enorme cuadro que representaba, por una parte a Jesús Buen Pastor y, por la otra, a Don Bosco Buen Pastor.
El sentido del encuentro indicaba que «para ser testigo se precisa ser discípulo», afrontando también las dificultades, es decir, el condicionamiento de la guerra, del
miedo, de las antiguas costumbres, del conformismo de quien no busca al otro…
El argumento del segundo día, en continuidad con el primero, era Don Bosco discípulo de Cristo y se mostró cómo también hoy el testimonio es esencial en la vida del discípulo y que, a partir de los ejemplos recibidos, es posible desarrollar una relación personal con Jesús y llegar finalmente a evangelizar a los demás.
Fuente: Misiones Salesianas