Seguimos recorriendo el camino de renovación y fe de la mano de María. Para el tercer día de novena, el padre Pablo Medina nos dice que la figura de María nos enseña a ser mejores creyentes y portadores del amor de Dios. «María es portadora de Dios, de la buena noticia, es por lo tanto evangelizadora. La presencia de María, su palabra, genera alegría. Es una buena noticia», sostiene
María no necesita que le sobre para dar. Comparte lo mismo que ella precisa y en eso estriba su generosidad. Más que empática, es solidaria. María no precisó que la mandaran a servir a su prima Isabel: le bastó saber la necesidad que tenía de ayuda.
Nuestra relación con Dios como creyentes depende de nuestras relaciones con los demás, de modo particular de quien más necesite de mí. En la misericordia se juega la veracidad de nuestra fe, en la solidaridad se mide la respuesta de nuestro llamado.
Finalmente nos deja las siguiente pregunta: ¿estamos dispuestos a salir al encuentro, a comunicarnos, a compartir la experiencia gozosa y triste, a ofrecer nuestra ayuda?
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