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Congregación Salesiana del Perú
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Testimonio de Verónica Oyervide «Una alegría compartida es doble alegría»

Su nombre es Verónica Oyervide, joven ecuatoriana de 28 años, quien desde el año pasado llegó a nuestro país cargada de ilusiones y optimismo. Con el compromiso que la caracteriza se encuentra entre nosotros para realizar su experiencia de voluntariado salesiano. Y, en esta ocasión, ella nos comparte su testimonio en medio de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la Comunidad Salesiana de San Lorenzo, en Loreto.

“Cada día, de lunes a viernes en horario de 4:00 a 7:00 p.m., vamos a las capillas ubicadas en algunos barrios de San Lorenzo, para realizar actividades de oratorio salesiano y luego la celebración de la misa. Compartimos con los niños y jóvenes de: La Unión, Las Flores y Martín Viscarra, Carabanchel, Monzantes.

Cada semana tratamos de realizar diversas actividades tales como: manualidades, dibujo, pintura, tarjetas, origami, pulseras, dinámicas y juegos en equipos, fuimos de paseo a algunas quebradas, hicimos ensalada de frutas, y también celebramos sus cumpleaños con un pequeño compartir. Luego practicamos los cantos, las lecturas y culminamos con la Santa Misa. Ha sido muy bonito compartir con ellos, cuando nos ven llegando corren emocionados hacia la puerta con ansias para preguntar qué actividad vamos a hacer.

Este año tengo la oportunidad de acompañar la catequesis en el Instituto Pedagógico, tenemos nuestro encuentro una vez a la semana, en donde compartimos los temas de preparación para los sacramentos. Además, hemos realizado actividades de práctica de la fe. Fuimos a visitar a un adulto mayor, le llevamos alimentos y ropa, conversamos con él, rezamos y cantamos. También fuimos a visitar a los enfermos en el Hospital de San Lorenzo, realizamos una oración juntos con ellos y les compartimos frutas.
Otra actividad reciente ha sido un retiro espiritual, tuvimos un espacio de reflexión, oración y reconciliación con uno mismo, con la familia y con Dios, y gracias a los padres salesianos pudimos participar de la adoración al santísimo Sacramento y de las confesiones».

Escribe: Verónica, Voluntaria en la Comunidad Salesiana de San Lorenzo

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