La lucha, constancia y deseo de superación han transformado la vida de Amir, joven de 19 años de la Casa don Bosco de Breña, quien desde pequeño tuvo que vencer, paso a paso, los problemas que le tocó afrontar: maltrato familiar, trabajo infantil, falta de educación, entre otros.
Hoy, Amir es una lección de vida que todos los jóvenes en situación de riesgo y vulnerabilidad deben seguir. “Quiero verme como un ejemplo para aquellos jóvenes que están en las calles buscando alguna manera de encontrar un mejor futuro”, nos comenta.
Una época marcada por la tristeza
Su niñez fue dura, prueba de ello es que desde pequeño vendía golosinas para poder sobrevivir. “Por necesidad tuve que vender caramelos en la calle, incluso en Navidad”. Pero, a pesar de ello, fue superando las adversidades. Su coraje lo llevó a reflexionar y de la mano con la oración encontró esa paz interior que necesitaba. “Yo era un chico muy problemático, pero me di cuenta que la peleas no solucionan nada, solo producen dolores en el corazón”
Decidido a dar ese gran cambio, Amir buscó otras alternativas para educarse y enfocarse en su futuro.
Un gran giro en su vida
Fue en el 2017, con 17 , luego de pasar por diferentes instituciones, entre ellas el Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (INABIF), que la historia de Amir tomó otro rumbo. “Por medio de las redes sociales encontré la Casa Don Bosco, y para mí fue una gran alegría” Al ingresar a la Casita, Amir encontró ese amor y comprensión que no tuvo de niño y pudo empezar un nuevo camino.
“Terminé secundaria en el Colegio Salesiano, en el turno noche. Allí empezó mi vida, mi etapa de adolescencia”, atrás iba quedando el sufrimiento que llevaba en el corazón.
Una gran enseñanza
Fue el P. Ricardo Lach, quien vio en Amir una gran persona. “Él me ayudó a poder cambiar, siempre puso las manos al fuego por mí. Me motivó a encaminar mi vida por las buenas acciones y a fortalecerme como ser humano. Dejó una huella en mi corazón y siempre recuerdo sus consejos”. Hoy, luego de 2 años, Amir sonríe. Se encuentra estudiando administración y valora las cosas que la vida le puso en el camino. “Lo más importante que he aprendido en la Casita es ser siempre agradecido”. Aprendí también a perdonar a las personas que nos han hecho daño. “A los chicos que están en riesgo les digo que busquen una salida y la única salida es Dios, porque yo para salir de todos esos conflictos lo busqué. Él me abrió las puertas de su corazón”.