Son 226 páginas del «Informe sobre la vida del Instituto en el sexenio 2014-2020» -además del dossier de Estadísticas- que la Superiora General de las Hijas de María Auxiliadora (FMA), Madre Yvonne Reungoat, junto con su Consejo, presentó en Roma en la Casa General, para el XXIV Capítulo General del Instituto. El reciente Informe es la fotografía del Instituto durante los últimos siete años. Son contenidos vitales que emanan un respiro amplio de Iglesia, de carisma, de universalidad.
El Informe, de hecho, presenta las Líneas de animación de la Madre y del Consejo General para el crecimiento de las personas y las comunidades educativas concretadas a través de las perspectivas de la Formación, la Pastoral Juvenil, la Misión ad gentes, la Comunicación, la Familia Salesiana y a través del servicio prestado por la Administración y la Secretaría. Desde todas las perspectivas emerge en contraluz, «la metodología del atelier”, el esclarecimiento de los procesos iniciados y las indicaciones sobre lo que se debe potenciar de cara al futuro.
La Superiora general no sólo destaca los elementos más significativos del camino construido en atención a los signos de los tiempos, la realidad de las comunidades educativas, los desafíos de los jóvenes, las indicaciones de la Iglesia y las necesidades de la sociedad, sino que propone algunos «itinerarios del camino» en torno a tres palabras clave: formación, misión y ecología integral.
“Dar prioridad a la formación en todas sus dimensiones, humana, espiritual, carismática, cultural, profesional -dice- es una responsabilidad primordial e imperativa”. De hecho, la formación es «la mejor inversión» y es necesario «no sacrificarla» ante las «urgencias de la misión, perdiendo de vista su totalidad»; pero esto es posible si «uno tiene la convicción de que la calidad de vida del Instituto depende de la formación».
Un aspecto específico de la formación es «la educación en la interculturalidad como testimonio profético» como aspecto que «forma parte de la identidad y vocación educativa del Instituto». Además, en un mundo que tiende a excluir y a crear barreras, «la intergeneracionalidad puede volverse profecía de una forma de vida diferente». El éxito es posible “sólo a partir de un camino en común: FMA y laicos; esto requiere el diseño y construcción de estructuras de acompañamiento para la formación y gestión de las obras por parte de los laicos”.
En un proceso para dar re-significado a las comunidades a la luz del carisma, Madre Reungoat subraya la importancia «de garantizar la continuidad y el desarrollo de las obras a favor de los más pobres y marginados», en un proceso de continua actualización dinámica y creativa.
Indica, entre otras cosas, que el camino, en la perspectiva del Pacto Educativo Global, querido por el Papa Francisco, es una invitación «para interactuar en la Familia Salesiana, con los Cuerpos, Instituciones, grupos con los que trabajamos en red».
Otra dimensión esencial «es la de la ecología integral», declara la Superiora General FMA. Con una mirada amplia afirma que es fundamental «recuperar la dimensión de la sobriedad de la vida», la atención al grito de la tierra y de los pobres. Finalmente, en una época de nueva evangelización, subraya la «importancia carismática de la formación catequética» de las FMA «campo característico de la misión del Instituto en la Iglesia, pero que requiere innovación, adaptación a los tiempos y a los lenguajes».
Fuente: Agenzia Info Salesiana