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25 de marzo: Día del Niño por Nacer

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Cada niño  desde que es concebido, es único e irrepetible, y trae un mensaje de alegría y esperanza, por  eso celebramos con gozo el “Día del Niño por Nacer”. Al celebrar este día queremos recordar que toda  vida humana es un don precioso, que nos llega desde el  corazón de Dios Padre y Creador, a cuya imagen  hemos sido creados cada uno de nosotros. “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de  Dios le creó, varón y mujer los creó.” Génesis 1, 27

En la Audiencia  General  del 11 de febrero de 2015, Papa Francisco nos hace reflexionar recordando que  “Se ama a un hijo porque es hijo, no porque es hermoso o porque es de una o de otra manera; no,  porque es hijo. No porque piensa como yo o encarna mis deseos. Un hijo es un hijo: una vida  engendrada por nosotros, pero destinada a él, a su bien, al bien de la familia, de la sociedad, de toda la  humanidad.” Todo niño, desde la concepción, tiene derecho a s er amado y protegido,  independientemente de las circunstancias en que haya sido concebido, a pesar de las adversidades,  preocupaciones o enfermedades.

Dios nos ha dado la vida, y nos ha dado la responsabilidad de custodiarla, no sólo la nuestra, sino  también la de nuestro prójimo, nos llama a amarnos como Él nos ama. “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.” (Jn. 13, 34). Los seres humanos somos seres creados para el encuentro,  estamos llamados a vivir en  comunión y el primer lugar donde se vive esta  realidad es el hogar. La familia, fundamento  de la  sociedad,  es  la primera escuela  donde aprendemos a vivir la misericordia,  la comunicación, el reconocimiento de la dignidad del ser humano y  donde aprendemos  también  a comprometernos con la defensa de la vida.

Para vivir este compromiso necesitamos que la familia, “generadora de vida”, sea la fuerza que impulse a  todos su miembros a respetar la vida  humana, desde la concepción hasta el fin natural.  Asimismo la  familia debe  contar con todos los medios necesarios para acoger la nueva vida que Dios, desde toda la eternidad, tiene contemplada.

El Santo Padre  en la Audiencia General del 11 de febrero de 2015, nos enseña que “La alegría de los hijos  estremece el corazón de los padres y vuelve a abrir el futuro. Los hijos son la alegría de la familia y de la sociedad.”, estas palabras del Santo Padre nos sitúa en las coordenadas de la defensa de la vida y de la familia, lo cual implica no dejarnos llevar por la marea del relativismo, del subjetivismo y de la mentira que se vive hoy en día y que nos apartan del paradigma evangélico. Que cada uno de estos pequeños sean fuente de esperanza y de mirada hacia el futuro para la construcción de un mundo más solidario y de cara a Dios Creador y Padre de la Vida.

En esta fiesta de la Anunciación – Encarnación, en que recordamos la sabiduría y el coraje de nuestra Madre María, queremos encomendar a su cuidado  maternal a todas las familias y especialmente aquellas madres en situación de soledad, de incertidumbre o desesperanza, ya que ella como Madre amorosa sabrá protegerlas.

COMISIÓN EPISCOPAL DE FAMILIA, INFANCIA Y  VIDA

Italia – El “Premio Macchi” 2015 a Don Á.F. Artime y a todos los Salesianos

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