LONDRES (ACI/EWTN Noticias).- La actriz británico-india Jiah Khan, que participó en importantes películas de Bollywood, el Hollywood de India, se suicidó ahorcándose el 2 de junio en Mumbai (India), tras no poder superar la depresión por el aborto de su bebé y supuestos abusos de su pareja.
En una carta en la que explicaba las razones de su suicidio, dirigida a su pareja, Suraj Pancholi, la joven de 25 años escribió “aborté a nuestro bebé”, lo que “me hiere profundamente”.
“Tenía miedo de quedar embarazada, pero me entregué por completo a ti”, escribió en su carta la actriz, asegurándole a su pareja que “el dolor que me has causado todos los días ha destruido cada pedacito de mí, destruido mi alma”.
“No puedo comer ni dormir o pensar o funcionar”, dijo, explicando su suicidio al escribir que “estoy escapando de todo. Después de todo el dolor, la violación, el abuso, la tortura que he visto anteriormente, no merecía esto”.
La carta fue encontrada por la hermana menor de la actriz en una cartera, y fue difundida por la madre de Jiah con la intención de desmentir las especulaciones de la prensa local, que aseguraban que el suicidio estaba relacionado con la carrera de Jiah.
Las autoridades policiales confirmaron que, tal como escribió en su carta, Jiah se sometió a un aborto a inicios de 2013, el cual, de acuerdo a la declaración del médico que la atendió, se realizó con píldoras.
El síndrome post-aborto es un tipo de trastorno por estrés post-traumático reconocido por la ciencia, y que implica síntomas como pesadillas, insomnio, alcoholismo, agresividad o depresión, psicosis y suicidio.
La organización abortista transnacional más grande del mundo, la International Planned Parenthood Federation reconoció en su Plan Trienal de Programa de Objetivos a Largo Plazo 1990-1993 que “la incidencia del trauma post-aborto para clientas de abortos quirúrgicos puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos”.
Un estudio realizado en 1996 en Finlandia, publicado en el British Medical Journal, reveló que la tasa de suicidios era seis veces más alta entre las mujeres que abortaron que entre aquellas que dieron a luz.