Una aplicación para móviles permite desde este jueves localizar a sacerdotes católicos disponibles para confesar en templos, parques y plazas de toda España. La herramienta para buscar el perdón de los pecados se llama Confesor Go, que ha reclutado a un centenar de sacerdotes y ya se la han descargado más de 4.000 personas.
La web del creador de la herramienta de la confesión explica que con ella «cualquier usuario pueda saber, en tiempo real, dónde hay un sacerdote esperando para oír confesiones» con el fin de «favorecer tanto la administración como la recepción del sacramento de la reconciliación». Y la confesión no estará cerrada en los templos: podrá administrarse en casi cualquier parte.
«Cuando un sacerdote estime que existe causa justa para ponerse a confesar en espacios públicos abiertos, Confesor GO también estará informando de su ubicación exacta», señala un vídeo explicativo sobre la aplicación.
La búsqueda se podrá realizar por cercanía o por provincias y al pulsar sobre cada ubicación aparecerán los datos del confesor: nombre del sacerdote, año de nacimiento, año de ordenación y dirección del lugar en el que está confesando. Si el sacerdote está confesando en un lugar público abierto, también se mostrará una fotografía del sacerdote, con el fin de que el usuario lo reconozca.
Además, si se tiene activado el GPS del móvil, con solo tocar sobre el nombre del sacerdote, la dirección o el icono, se puede obtener la distancia que separa al usuario del confesor, así como la ruta más corta para llegar hasta el lugar seleccionado.
El sacerdote Ricardo Latorre ha sido el impulsor de este proyecto que un día antes de su lanzamiento ya cuenta con casi un centenar de sacerdotes asociados y varios obispos, entre ellos el de San Sebastián, José Ignacio Munilla. Además, solo en el sistema Android, se han registrado más de 4.300 descargas de la versión beta.
«Uno de los deseos que tenía es que los sacerdotes salgamos más a la calle, que nos animemos a estar disponibles para la gente, por su puesto en la Iglesia, pero no solo, también en otros espacios que para determinadas personas son más accesibles, porque hay gente que ha perdido la costumbre, que parece que le cuesta entrar en la iglesia porque hace muchos años que no va», explica Latorre en declaraciones a Europa Press.
Fuente: El País