Según el último informe emitido por la Secretaría de Gestión de Riesgos del Ecuador, en la provincia de Manabí existe un total de 11.746 personas que se encuentran en albergues. La mayoría de estas personas perdieron sus hogares y actualmente no tienen fuentes de ingresos económicos que permitan sustentar la educación de sus hijos. Es por ello que el Padre Luis Mosquera, Director de la Comunidad Salesiana de Manta, menciona que hay que “ser conscientes que esta situación todavía es para largo” y manifiesta su compromiso de trabajar y buscar los mecanismos que permita el acceso a la educación a cientos de niños y jóvenes afectados por el terremoto.
¿Cómo afectó a la obra salesiana el terremoto?
La Comunidad Salesiana de Manta anima a la Unidad Educativa Salesiana San José, la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Tarqui, el Oratorio Salesiano San José y la casa de convivencias de Crucita. Lo que hemos atravesado, sobre todo, son daños materiales. La estructura del colegio San José está deteriorada; estábamos próximos a inaugurar un nuevo año escolar por lo tanto, ya veníamos preparándonos para ofrecer ese servicio educativo pastoral, pero las situaciones que se dieron el 16 de abril, son las que estamos viviendo en estos momentos.
¿Cuáles son los destinatarios de esta obra educativa?
La Unidad Educativa Salesiana San José tiene 1.700 estudiantes, distribuidos desde el primer año de educación básica hasta el tercer año de bachillerato, eso hablando de los estudiantes. Entre los colaboradores se cuenta con 120 personas, entre personal docente, administrativo, de servicio y apoyo. La Casa de Retiros de Crucita tenía 5 colaboradores y la cual fue creada, principalmente, para atender una propuesta de convivencia, de retiros espirituales.
¿Cuáles son los problemas a enfrentar a corto y largo plazo?
A corto plazo hay problemas pero también estamos intentando, de modo creativo y comprometido, dar soluciones como por ejemplo, a nivel de la parroquia estamos celebrando las eucaristías en la plaza, en los barrios con la gente. El templo se halla afectado y, por lo tanto, buscaremos una solución para que la gente se sienta segura y sea un encuentro de fe y de esperanza con los fieles de la parroquia. A nivel de la casa de retiros, no tenemos todavía respuesta pero confiamos también que con la ayuda de la gente y con algunas iniciativas vamos a ir encontrando algunas soluciones. En lo que se refiere a la unidad educativa, empezábamos clases el 2 de mayo pero se tuvo que reprogramar toda nuestra agenda. Como comunidad salesiana, estamos comprometidos en buscar alternativas como por ejemplo, promover una educación en doble jornada. Tenemos conocimiento que algunos estudiantes también fallecieron en esta tragedia, algunos padres de familia también han perdido los pocos bienes que tenían, algunos han quedado desempleados, yo creo que en este momento también nos toca, como lo hubiera hecho Don Bosco, mirar de qué manera garantizamos el derecho a la educación que todo muchacho, que todo joven debe tener en este momento.
¿Cuéntenos sobre la demolición de la construcción antigua después del terremoto?
Hemos tenido la visita de varios grupos profesionales y, por cuestiones de seguridad, lo más conveniente es proceder a la demolición del edificio antiguo. Esto representa un problema pero, al mismo tiempo, estamos planteando soluciones. Tenemos una edificación que está en buenas condiciones y que cuenta con 16 aulas, pretendemos adecuar unas 8 aulas más y poder atender a toda la población de los estudiantes en dos jornadas.
A nivel emocional la gente está golpeada, ¿cuál es el mensaje que ustedes buscan dar a la población de Tarqui?
Para nosotros es fundamental motivarnos mutuamente y poder con la gente vivir con fe y con esperanza esta situación que hemos atravesado. Es una tragedia que nos duele mucho pero mantenemos la esperanza, este pueblo tiene que levantarse y yo creo que ellos nos animan a luchar. Yo creo que en este momento Dios se ha hecho presente a través de tantas personas que solidariamente nos han visitado y nos están preguntando qué pueden hacer en estos momentos para también ayudar a levantar a este pueblo.
¿Qué pueden hacer las personas que quieren ayudar en estos momentos?
Hay varios frentes, primero mantenernos con la ayuda humanitaria a través de los víveres, ofreciéndose también como voluntarios para atención médica y psicológica, que en estos momentos también el pueblo lo necesita. También deberíamos considerar la ayuda a muchos de nuestros destinatarios y de otras instituciones educativas para que se mantenga el derecho a la educación. Hay algunas iniciativas a través de mecanismos de becas en las cuales los muchachos van a mantenerse estudiando. En segundo lugar, me parece que también podríamos colaborar a través de ayudas de tipo económica, porque estamos hablando de que tenemos que levantar un nuevo colegio y eso implica ser capaces de tocar un poco nuestro corazón, tocar la sensibilidad de aquellos que en estos momentos tienen algunos recursos y aunque no los tengan, yo sé que harán todo lo posible por ayudarnos. Entonces yo creo que en ese sentido también la ayuda económica que podamos generar y que podamos ofrecer en estos momentos, es importante, es necesaria y Dios seguramente la va a bendecir.
Fuente: Salesianos Ecuador