El primer Papa latinoamericano de la historia aterrizó a las 14:43 locales (19:43 GMT) en el aeropuerto Mariscal Sucre, a 20 km al este de Quito.
El fuerte viento que soplaba le arrancó el solideo cuando apareció por la puerta minutos después. Un Francisco sonriente bajó por las escaleras y recibió un abrazo del presidente Rafael Correa.
El Papa argentino avanzó entre saludos por una calle de honor formado por niños indígenas en atuendos tradicionales.
Flanqueado por Correa y su esposa Anne Malherbe, Francisco escuchó por varios minutos las notas de una orquesta sinfónica.
América Latina concentra a la mayoría de los 1.200 millones de católicos en el mundo.
«Quiero ser testigo de esta alegría del evangelio y llevarles la ternura y la caricia de Dios, nuestro Padre, especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a los encarcelados, a los pobres, a los que son víctimas de esta cultura del descarte», anticipó el Papa antes de empacar maletas.
La llegada del Sumo Pontífice a la capital ecuatoriana marca su primera visita oficial a un país sudamericano. En Ecuador será recibido por el presidente Rafael Correa y por el alcalde de la capital, Mauricio Rodas, ente otras autoridades.
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Fausto Trávez, dijo que «Ecuador será el primer país que visita el Papa donde va a hablar su idioma. El Papa es de nuestra idiosincrasia y tenemos la alegría que nos entregará su mensaje maravilloso, pedimos la devoción, mucha devoción para estar en todas las actividades religiosas».
El religioso agregó: «Creemos que el Papa va a hablar de la familia, de la vida consagrada y de la misericordia del perdón».
Entre las actividades que cumplirá Francisco están dos misas en lugares abiertos, en el parque Samanes del norte de Guayaquil el lunes, y en el parque Bicentenario del norte de Quito, el martes, en donde se espera la presencia de alrededor de 1,2 millones de feligreses, que incluso pernoctarán en los sitios de concentración desde la noche anterior.
En Ecuador permanecerá hasta el 8 de julio, al mediodía partirá hacia Bolivia y posteriormente llegará a Paraguay.
Aunque en Ecuador se han producido casi a diario protestas en contra de las políticas y el estilo del presidente Rafael Correa, incluso hasta el jueves en la noche, en los últimos días se ha producido una evidente calma que ha reemplazado el ambiente crispado entre la oposición y el gobierno.
Esta es la segunda ocasión que un pontífice visita Ecuador, hace 30 años Juan Pablo II estuvo en este país.