Más de 300 sacerdotes nacionales, extranjeros y obispos provenientes de Polonia, Italia y Bolivia se congregaron en el Estadio Manuel Rivera Sánchez de Chimbote para participar y ser testigos de la beatificación de los tres nuevos mártires que tiene el Perú: Miguel Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Alessandro Dordi, que fueron asesisanos por Sendero Luminoso en 1991. También se hicieron presentes en esta celebración los miembros de la Conferencia Episcopal Peruana, liderado por el Monseñor Salvador Piñeiro y miles de fieles católicos que vivieron con emoción este momento histórico para el Perú y para su ciudad, Chimbote.
Esta ceremonia fue presidida por el delegado del Papa Francisco, Cardenal Angelo Amato SDB, Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos. Fue muy emotivo observar los relicarios de los religiosos, que fueron presentados ante la autoridad pontificia, así como una inmensa imagen de los tres mártires de la iglesia, esbozando un sonrisa, y que ha sido colocado en el altar. Participaron también Francicso Beschi, obispo de Bérgamo, Italia, de donde procedía el padre Dordi; obispos de la diócesis de los religiosos polacos y el ministro general de la orden franciscana Coventual.
Durante la solemne celebración, el Cardenal Angelo Amato SDB reflexionó acerca de la vida de los tres mártires y rescató en ellos su caridad y el amor al prójimo. “Encendieron el fuego de la caridad en defensa de los más débiles”. Los mártires nos han dejado el mensaje de la fe y la perseverancia en la misión. “Ellos nos infunden alegría y esperanza en la bondad de los hombres”. Se refirió también al martirio y sostuvo que “el martirio representa la forma más elevada de la santidad”. Finalmente, resaltó en la figura de los mártires la misión, la caridad y la fidelidad. La misión por haber educados a niños y jóvenes con la palabra de Dios. La Caridad por amarlos y haber formado parte de su mundo, de su cultura y fidelidad a Cristo, a la vocación cristiana.
Los más de 28 mil feligreses que acudieron a esta celebración se mostraron convencidos en seguir los pasos de Miguel, Zbigniew y Dordi, y hacer como ellos, un mundo mejor, donde se promueva la justicia social, la paz y el perdón.
Al término de la ceremonia globos blancos y amarrillos pintaron el cielo celeste de Chimbote para celebrar que el Perú ya tiene a tres nuevos mártires.
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