Los niños de Infancia Misionera (IM) de Líbano ayudan a los niños refugiados de la guerra de Siria. Así lo explicaron este miércoles en Madrid Nada Hajjar, secretaria de IM en Líbano, y Paul Karam, director de Obras Misionales Pontificias (OMP) en el mismo país.
Hajjar asegura que estas ayudas van desde“donativos de ropa y colectas” hasta “visitas a las familias de los refugiados”. Los niños del Líbano (donde IM ayuda a unos 15.000) “donaron 15.800 dólares” en 2013, además de donativos particulares destinados a Sudán, Irak y Madagascar.
El domingo 26 de enero se celebrará la Jornada de Infancia Misionera. Para presentarla se celebró en Madrid una rueda de prensa en la que, además de los ya citados, intervinieron Anastasio Gil García, director de OMP de España, y Damián Díaz Ortiz, delegado de misiones de Ciudad Real.
El lema de Infancia Misionera, desde siempre, es “Los niños ayudan a los niños”.
Refugiados sirios en El Líbano
Paul Karam señaló que hay un millón y medio de refugiados sirios en el Líbano, casi todos musulmanes. Esto, afirma, acarrea dificultades en un pequeño país que no tiene capacidad para afrontar tal volumen de inmigración: “Muchos llegan sin visado, también está el problema de la educación…”
Por ello pide los máximos apoyos posibles: “La Iglesia tiene que abrir la conciencia de la comunidad internacional para tomar responsabilidad ante los refugiados, y para promover un camino de paz y no de guerra”, dijo. En este sentido valoró la “solidaridad que fomentan” las OMP entre los niños que están en El Líbano y los del resto del mundo.
«Una corriente de solidaridad»
Esta es precisamente la finalidad de la Infancia Misionera, según definió el padreAnastasio Gil: “Promover en los niños una corriente de solidaridad para que ellos sean los protagonistas del mundo que están construyendo”.
El director nacional de OMP de España afirmó que “probablemente Infancia Misionera sea una de las instituciones educativas de mayor hondura y mayor eficacia que existen a favor de los niños en el mundo entero”, y esto gracias a ese “protagonismo”.
Gil García aseguró que Infancia Misionera es una “permanente novedad en todos los rincones donde hay una comunidad cristiana” y destacó su importancia en América Latina.
Explicó el proceso interior que quieren conseguir en los niños: “Despertar en ellos la curiosidad por el otro; eso suscita en ellos el interés, hasta el punto que les hace ser generosos y expresar la donación de sí mismos”.
Infancia Misionera en cifras
Infancia Misionera atendió en 2013 casi 3.000 proyectos, con un presupuesto de unos23 millones de dólares, según cifras que proporcionó el director de OMP España. Los proyectos, «pastorales y sociales» (salud, educación y formación, principalmente), se reparten por los 126 países donde Infancia Misionera está institucionalizada, dentro de los 1103 territorios de misión de la Iglesia Católica que existen actualmente.
España es de los países que más aporta a los presupuestos. Entre 2008 y 2012, años de la crisis, ha contribuido con 25 millones de dólares, señaló Gil García. Y en 2012 fue el tercer país del mundo que más contribuyó, por detrás de Australia –el primero- y Alemania.
Presentes en las diócesis
En España IM está presente y activa en todas las diócesis. El director diocesano de OMP en Ciudad Real, Damián Díaz Ortiz, explicó en qué consiste la labor cotidiana de la IM en la suya.
En el «adviento misionero» se preparan las «huchas solidarias» y tiene lugar la jornada de «sembradores de estrellas» (los niños salen a la calle a regalar estrellas y felicitar a la gente en nombre de los misioneros).
En enero se empiezan a «mandar los materiales para trabajar en las catequesis» con vistas a la celebración de la Jornada, que todos los años se celebra el cuarto domingo de enero.
Antes de todo esto, en noviembre, se convoca un “encuentro diocesano de Infancia Misionera”, al que acuden niños “de todas las provincias y cada vez en más cantidad”. En uno de los actos centrales que tuvo lugar en Tomelloso, indica Díaz Ortiz, se reunieron“más de 1800 niños de entre 9 y 13 años”, además de sus acompañantes.
Enseñar con juegos
El padre Damián Díaz coincide en que la clave del éxito reside en el “protagonismo” que se da a los niños. También explica cómo se les educa a través de los juegos, con los que “van descubriendo y aprendiendo las peculiaridades de los niños en los cinco continentes: sus necesidades y sus sueños, sus problemas y sus características”.
Y enumera algunos ejemplos de los «talleres dinámicos»: “En un juego de campo de minas, se identificaban con Mao, la niña que protagonizó el vídeo del Domund. En un juego de campo de refugiados, se siente como uno de ellos que está perseguido… Hay talleres de cuentos del mundo y un decálogo del misionero que se descifra a través de un código oculto”.
En este proceso, concluye, “los niños van conociendo y se van sintiendo interpelados,aprenden cómo pueden ayudar. Les proporcionamos los elementos educativos para abrirse a la solidaridad”.