El 17 de marzo de 1861, con la proclamación de Vittorio Emanuele II primer rey de Italia nacía en Turín el Estado Nacional Italiano con 26 millones de habitantes. Pocos meses antes, siempre en Turín, había surgido la sociedad salesiana. Entonces a la Italia unida que hoy festeja el 150° de su nacimiento puede legítimamente unirse a la Sociedad salesiana que a lo largo del extenso camino ha buscado de dar su aporte, como lo decía el político Massimo d’Azeglio, para “hacer los italianos” y con Don Bosco para hacer “honestos ciudadanos y buenos cristianos”.
Por 150 años los Salesianos y por más de 130 las Hijas de María Auxiliadora han sido constructores de más de 1500 obras educativas, esparcidas por las provincias de Italia, a favor de los jóvenes, sobre todo aquellos en mayor dificultad, a los cuales no tanto trasmitirles la ciudadanía, sobre todo si se entiende en los términos actuales, sino en educarlos, a través de la escuela, la cultura, la catequesis y el uso inteligente del tiempo libre, a ser honestos y trabajadores capaces, disciplinados interpretes y trabajadores del bien común (según las circunstancias históricas), cristianos fieles a la Iglesia y al Papa.
El modelo educativo salesiano se desarrolló encontrando una estrecha relación con la sociedad civil e operativamente en la vida de la Italia nueva. Se trataba de un aporte mutuo de colaboración, de concurrencia activa y honesta, de esfuerzo generoso, entendido para crear una sociedad mejor.
En los tiempos difíciles de la “cuestión romana”, en los momentos más hostiles cargados de violentas campañas anticlericales de inicios del siglo XX, en aquellos trágicos de las dos guerras mundiales, la época del totalitarismo fascista y aquella de la sufrida reconstrucción después de la segunda guerra, en el momento feliz del milagro económico y en aquél problemático de la contestación juvenil, en la fase de la industrialización y en aquella de la globalización, al tiempo de la secularización de masa y en aquella del éxtasis y hora de la espera, los Salesianos con los recursos humanos y financieros disponibles, en diálogo con las instituciones o moviéndose en libertad han continuado “salesianamente” a “hacer el bien que podían y como podían”.
Han buscado de integrar jóvenes italianos provenientes de los 4 ángulos de la península y han trabajado para hacer crecer el sentimiento de unidad entre las generaciones de un País sustancialmente privado de cultura patriótica, del frágil tejido de conexión y de formas de ciudadanías más bien débiles.
No sólo. Las iniciativas exitosas como respuesta a las necesidades de la comunidad, sea en función de suplencia o como colaboración y solidaridad con el Estado o con la Iglesia, han colocado sea en las instituciones civiles como eclesiásticas una dinámica favorable para una mayor atención a los jóvenes, a la educación y formación, a la socialización y promoción, ya sea de su futuro como de la sociedad italiana.
Con motivo de las presentes celebraciones nacionales y en una prospectiva de moderna ciudadanía, han motivado al ciento cincuentenario patrimonio moral y, producido algunas publicaciones, tanto científicas como divulgativas.
Editadas por Las de Roma son:
* F. MOTTO, Vita e azione della parrocchia nazionale salesiana di San Francisco (1897-1930). Da colonia di paesani a comunità di Italiani (2010);
* AAVV, Salesiani di don Bosco in Italia. 150 anni di educazione in Italia (2011);
* AAVV, Le Figlie di Maria Ausiliatrice in Italia (1872-2010). Donne nell’educazione (2011). Estos dos últimos volúmenes serán presentados en el parlamento italiano el 14 de abril próximo.
Además:
* G. MANIERI, Salesiani laici per il mondo del lavoro, Torino, LDC 2011;
* J. M. PRELLEZO, Scuole Professionali Salesiane. Momenti della loro storia (1853-1953);
* AA.VV, Don Bosco, i Salesiani, l’Italia in 150 anni di storia. (Roma, CNOS-FAP 2010). De este volumen está en curso una nueva estampa rica en otros contenidos.