(ANS– Roma)–»Todos y cada uno de ustedes son importantes para nosotros»: fue ésta una de las expresiones con las cuales el Rector Mayor, Don Ángel Fernández Artime, acompañado por su secretario, P. Horacio López, se dirigió a los jóvenes de Borgo Ragazzi DonBosco de Roma en la noche del viernes 17 de octubre.
por Gian Luigi Pussino, SDB
Una visita prevista desde hace tiempo y vivida con el estilo de la sencillez y la familiaridad, con un vínculo inmediato y alegre, como es típico de la espiritualidad salesiana. La visita involucró la realidad salesiana del Borgo Ragazzi Don Bosco que n Roma es casi un «segundo Valdocco», como felizmente expresó don Egidio Viganó. Fundado en los años inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial, es una realidad viva si se piensa que en un año son mil los niños y jóvenes que asisten al Oratorio, 300 los jóvenes que ingresan en los cursos de formación profesional, más de 200 niños en riesgo social que cada año son acompañados por el área Reemplazar las Alas.
El Departamento Legal para los menores, cuidado familiar, hogares, lucha contra el abandono escolar: aquí otras realidades que se encuentran en esta casa de Don Bosco, ubicada en la Vía Prenestina (www.borgodonbosco.it).
El P. Leonardo Mancini, Superior de Circunscripción, al presentar al Rector Mggiore la Casa del Borgo Ragazzi Don Bosco, identifica tres elementos en la identidad de esta experiencia: corresponsabilidad Salesianos y laicos, acogida a quien llama a la puerta, atención y cuidado por los jóvenes pobres.
Don Ángel comenzó su visita encontrando los jóvenes internos del así llamado Centro de Menores: entre los presentes de la jornada de la mañana y el de por la tarde, son más de un centenar de jóvenes que asisten a una reintegración en los procesos de la educación obligatoria con cursos de cocina, peluquería y esteticista, y para electricistas.
Sin distinción de raza y de religión para los visitantes: se sontata visualmente cuando se puede ver la presencia de algunas madres con sus vestidos típicos. El Oratorio detuvo sus actividades cuando llega Don Ángel que atentamente se entretiene escuchando algunas preguntas y ofrece sus respuestas, y termina con una oración a María. Siempre acompañado por el P. Stefano Aspettati, Director, y por el P. Leonardo Mancini, Inspector, el Rector Mayor continuó su visita al centro de formación profesional, sucesivamente al Hogar y a sus diez huéspedes, y finalmente en la espaciosa capilla donde conoció una numerosa representación de la comunidad educativa.
Una vez más, Don Ángel respondió a numerosas preguntas que le han presentado con respecto a diferentes dimensiones de la vida educativa: el desempleo juvenil, el compromiso educativo, el proceso de formación para ser educadores, la presencia de la mujer en la misión salesiana. Don Ángel agradeció varias veces por esta experiencia del Borgo, un signo de «Don Bosco que se sigue haciendo realidad».
Alienta el Rector Mayor a continuar la misión compartida por los salesianos y laicos juntos: «no es una elección opcional, sino una estrategia de la que no se puede prescindir y el sexenio próximo de la Congregación debe ver esta voluntad convertida en realidad». El contexto y la realidad del Borgo Don Bosco dan oportunidad al Rector Mayor para reiterar que el futuro de la Congregación es compartir la presencia «en las periferias» de todo tipo, especialmente aquellas con los jóvenes pobres y necesitados. «No se tiene delante un sueño en riesgo, sino una realidad que lleva a nuestros orígenes: esto da seguridad para el futuro».
El encuentro con la Asamblea de la comunidad educativa concluye con el rito del mandato educativo para algunos jóvenes y una oración común. Al final de la tarde el Rector Mayor se reunió y cenó con la comunidad salesiana.
