(ANS – Asti)– Continúa con extraordinaria afluencia de gente la peregrinación de Don Bosco en el Piamonte y Valle de Aosta.
Elaborada en conjunto con las 17 comisiones diocesanas que conforman la región, la peregrinación de la urna de Don Bosco ya ha tocado la diócesis de Novara, Biella, Vercelli, Acqui, Alessandria, Alba y Casale y ahora está en la diócesis de Asti.
«En todas partes – confirma don Luca Barone, coordinador Inspectorial del evento – nos encontramos afecto, fe, devoción sincera por parte de todos. Plazas y catedrales llenas de fieles y de jóvenes confirman la belleza de reconocer en Don Bosco a un padre que cuida de sus hijos, intercede por ellos y señala el camino hacia una vida feliz en el tiempo y la eternidad».
La urna de Don Bosco pasó la Navidad en Nizza Monferrato; en el discurso de bienvenida a la urna el alcalde de la ciudad, Flavio Pesce, escribió: «Nizza te dio la alegría de ver crecer tan hermosa juventud dirigida por el camino de la fe, de la solidaridad y de la familia. Esta ciudad y sus habitantes han recibido lo mejor. Te acogemos con el corazón abierto y la frente alta para recibir tu bendición y tu estímulo».
El 1º del año, la urna fue recibida por el pueblo de Casale, donde por la tarde, fue acogida en la catedral para una solemne celebración eucarística presidida por el obispo de la diócesis, Mons. Giacomo Lanzetti.
Ayer, 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía, la reliquia de Don Bosco estuvo en Asti. Por la mañana, Mons. Francesco Guido Ravinale presidió la Eucaristía en presencia de la urna, mientras que la tarde estuvo dedicada a la adoración por parte de los niños, adolescentes y familias.
La Familia Salesiana está radicada de manera generalizada en la zona y muchos son los que dan testimonio de Salesianos y de Hijas de María Auxiliadora a quienes deben educación, fe y cultura.
«Las recepciones oficiales y celebraciones solemnes se alternan a las vigilias de los jóvenes, a las fiestas del pueblo, a las catequesis para los niños – dice don Stefano Martoglio, Inspector – y nos impacta cómo la afluencia de personas es constante, como si la gente viniera magnetizadas hacia Don Bosco en un diálogo continuo e ininterrumpido de corazones».
Don Bosco está de vuelta en su tierra natal y sus huellas no son solo recuerdos de las etapas llevadas a cabo en muchas ciudades y países, sino una presencia viva que la región del Piamonte reconoce como propia y a quien recurre con fe.