Rara vez sucede en el Perú poder escuchar un concierto de alto valor artístico realizado en el órgano de tubos. Después de la restauración del órgano Tamburini de la Basílica de María Auxiliadora en Lima, llegamos al cuarto concierto de órgano gracias al patrocinio de la Embajada de Italia en Lima y el Instituto Cultural Italiano.
El concierto programado para la noche del 6 de noviembre de 2019 contó con una presencia consistente de personas (más de 500), músicos, amantes de la buena música y también curiosos por escuchar un instrumento poco común en Perú. En Lima, de hecho, solo hay tres órganos de tubos en funcionamiento. De éstos, el de la Basílica de María Auxiliadora es el más grande y mejor conservado.
Con sus 2651 tubos y 34 registros reales (Ous 148 del Catálogo Tamburini) permitió que el Maestro Paolo Baccianella tocara un amplio repertorio de música para órgano, destacando el potencial del órgano Tamburini de 1935, pero también la técnica y la buena sensibilidad musical del Maestro Baccianella.
La velada musical comenzó con los incisivos acordes del Concierto n. 2 en la men. (BWV 593), transcripción de J.S. Bach para órgano de la colección «L’estro armonico» de A. Vivaldi. Luego pasó a la música apacible y meditativa de «Las ovejas pueden pastar con seguridad» (BWV 208) de Bach, para concluir el breve recorrido por la música de Bach con la Fuga en sol men. (BWV 578).
De F.B. Mendelssohn el Maestro Baccianella interpretó la Sonata VI en re men. (op. 65), muy adecuada para este instrumento musical de tono romántico. Muy apreciadas han sido las piezas de C.A. Franck Preludio, fuga y variación en si men. (op. 18) y la Piece Heroique que en un crescendo de voces y fuerza envolvió a todo el público en una participación atenta y profunda.
El concierto terminó con la Suite Gothique (op. 25) de L. Boëllmann. Las notas solemnes y robustas de la toccata final alegraron a todos los presentes que, de pie, dieron un fuerte y prolongado aplauso.
Fuera de programa, el Maestro Baccianella presentó el «Boléro de Concert» de Lefébure-Wély. En el segundo fuera de programa, el Maestro interpretó Toccata e fuga en re menor de Bach (BWV 565) que, al principio, provocó un grito de aprobación y participación.
Éxito total de la noche, con muchos oyentes en un contexto donde la música de órgano no es conocida por muchos, excepto algunas piezas que incluyen la famosa toccata y fuga de Bach.
Apreciada la actuación del Maestro por su dominio del instrumento, su empatía con las personas y, sin duda, la excelente sensibilidad musical. Todo esto se vio favorecido también por el hecho de que la consola era visible a todos, ya que se colocó en el presbítero gracias a las posibilidades que hoy ofrece la tecnología.
Gracias, Maestro, por esta noche hermosa, intensa y de alta calidad que nos ofreció.
Fuente: P. Santo Dal Ben SDB