En su saludo a los más de 500 mil jóvenes que abarrotaron la Plaza de Cibeles en la Misa inaugural de la JMJ Madrid 2011, el Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, Cardenal Stanisław Ryłko, exclamó: «¡Queridísimos jóvenes! ¡La JMJ de Madrid ha empezado!»
Durante la Misa inaugural, el Cardenal Rylko señaló que «aquí estamos, llegó el día tan esperado: la inauguración de la vigésimo sexta Jornada Mundial de la Juventud. Tras un largo camino de preparación finalmente estáis aquí, en Madrid, bellísima y moderna metrópolis que en estos días será la capital de la juventud católica del mundo entero».
El Purpurado recordó luego el lema de esta JMJ «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» que es «¡una palabra que nos compromete porque contiene un claro programa de vida para cada uno de nosotros! En estos días la fe estará en el centro de nuestra reflexión; porque la fe es un factor decisivo en la vida de cada hombre».
«¡Si Dios existe o no existe, todo cambia! La fe es la raíz que nos nutre con la savia vital de la Palabra de Dios y los sacramentos; es el fundamento, la roca sobre la cual construir la vida, la brújula segura que guía nuestras decisiones y da a nuestra vida la orientación decisiva».
A los que preguntan si hoy en día «es posible la fe», los jóvenes deben tener en cuenta que «sí, la fe es posible. Es más, es una aventura maravillosa que nos permite descubrir toda la grandeza y la belleza de nuestra vida. Porque Dios, que se ha revelado en el rostro de Jesucristo, no disminuye al hombre sino que lo enaltece más allá de toda medida, más allá de toda imaginación!»
«Mientras esperamos la llegada del Papa Benedicto XVI hemos acogido esta noche a un huésped especial de la JMJ de Madrid: el Beato Juan Pablo II. Él ha regresado entre vosotros, los jóvenes a los que tanto amó y que tanto lo han amado: ha regresado como Beato patrón vuestro y como protector al que podéis confiaros; ha regresado como amigo – un amigo exigente, como le gustaba a él mismo definirse».
«Ha venido a deciros una vez más, con muchísimo afecto: ¡No tengáis miedo! ¡Optar por Cristo en la vida es adquirir la perla preciosa del Evangelio por la cual vale la pena darlo todo! De nuevo os digo: ¡Bienvenidos todos a Madrid!»