REDACCIÓN HO.- La multitudinaria «Marcha por la vida», en distintas ciudades de los nueve departamentos del país, responde a la presión abortista y cosecha multitudinarias adhesiones en defensa de la vida humana, tras el intento del Gobierno de Evo Morales a favor del aborto en Bolivia.
El 22 y el 27 de agosto se escucharon gritos en todo el país como «Sí a la vida, no al aborto», «La vida no es un negocio, la vida se respeta» o «Yo amo la vida». Un portavoz de la Marcha señaló que la vida «no es un tema de fanáticos, es una muestra de que la mayoría de la población pide el respeto por la vida y la dignidad».
En Santa Cruz, a 490 kilómetros al este de La Paz, las personas salieron a las calles concamisetas blancas y velas. El 22 y el 27 de agosto hubo un gran SÍ por la vida. La repercusión de estas masivas manifestaciones en los nueve departamentos del país siguen estando presentes en los medios del país y generando debate.
Miles de personas marcharon esos días por las ciudades de Bolivia en protesta por la posible despenalización del aborto en el país, que el Tribunal Constitucional de ese país evalúa establecer desde hace unos meses a petición de una diputada del gobierno de Evo Morales.
La diputada del Movimiento al Socialismo (MAS), Patricia Mancilla, planteó el debate sobre el aborto y el control de la natalidad, al tiempo que presentó ante el Tribunal Constitucional una moción para declarar inconstitucionales los artículos de la carta magna que penalizan esa práctica. La presión del lobby internacional del aborto es muy grande en Bolivia y no duda en emplear sus viejas y grandes mentiras y sus falsas y escandalosas estadísticas.
Como informa Aciprensa, actualmente, en Bolivia el aborto es un delito salvo en caso de violación, rapto no seguido de matrimonio, estupro, incesto y cuando la vida de la madre esté en riesgo. En todos estos casos, la mujer puede abortar pero sólo con un permiso judicial.