El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, clausuró el domingo la fase diocesana de la primera causa de canonización que se instruye conjuntamente de un matrimonio de Játiva, Manuel Casesnoves y Adela Soldevila.
No es fácil beatificar o canonizar a un matrimonio de forma conjunta y los casos escasean. San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, por ejemplo, son un matrimonio de santos, pero llegaron a los altares por separado. Un caso modelo, moderno, de matrimonio beatificado conjuntamente son los padres de santa Teresita de Lisieux.
La causa del matrimonio de Játiva empezó el 25 de marzo de 2009 y ahora pasa a Roma. Manuel Casesnoves (1904-1958) era el farmacéutico de Játiva y tuvo 9 hijos con su esposa Adela Soldevila (1906-1988). Además, acogieron en casa a dos sobrinos huérfanos.
Activos en la ACdP… y mil cosas más
Al acto de clausura asistieron, entre otros, miembros de la Asociación Católica de Propagandistas de Acción Católica (ACdP), como el presidente a nivel nacional, Carlos Romero, el viceconsiliario nacional, Andrés Ramos, y el consejero nacional, Vicente Luis Navarro de Luján.
Manuel Casesnoves Soler fue miembro de la ACdP, pero el matrimonio pertenecía también a la Acción Católica, a Adoración Nocturna, Cuarenta Horas, Cáritas y la Conferencia de San Vicente de Paúl. Adela Soldevila también era camarera de la Virgen de la Seo.
Ambos ayudaron “desde la discreción” con medicamentos a los necesitados de la ciudad y de la localidades cercanas en tiempos de posguerra donde no existía la cobertura de la Seguridad Social.
Para casarse, las cosas claras
Se casaron en 1924 (él con 20 años, ella con 18) después de dejar claras algunas cosas, como recuerda en la hoja diocesana el vicepostulador de la causa, Arturo Climent Bonafé, abad de Játiva.
«Manolo lo tiene claro. Quiere mucho a Adela y desea estar siempre con ella. Sin embargo, Adela no ve clara la postura religiosa de su novio, eso le intranquiliza, debe hablar con él sobre el tema, lo piensa y recapacita en la Capilla ante el Sagrario a ver cómo afronta este tema que para ella es fundamental. Con mucho cariño pero también con toda claridad y franqueza, le habló con emoción de enamorada», señala Climent.
– Manolo, si no eres capaz de compartir conmigo la asistencia a Misa y al Rosario, tendré que dejarte.
– Adela, contigo siempre -dijo el novio.
«Conociendo a su novia, no le extrañó la propuesta: además, parece ser que la esperaba tarde o pronto, así que estaba preparado«, comenta el vicepostulador.
«El razonamiento puede que hoy nos choque, pero es realista», comenta el vicepostulador. «Si me caso es para siempre con la misma persona; yo vivo, con imperfecciones, pero vivo, la fe en Nuestro Señor Jesucristo, si amo a la persona con la que voy a 
compartir toda la vida y toda la vida, si Dios quiere, son muchos años, deseo que esa persona viva conmigo la misma fe y comparta los mismos ideales cristianos; si no es así, no voy a ser feliz, y quiero serlo y quiero hacer feliz a quien comparta mi proyecto matrimonial, así que, desde el principio, las cosas claras y saber a qué atenerme».
La boda fue presidida por el canónigo Quintín Alfonso Miquel, siendo abad Vicente Más. Ambos clérigos morirían mártires en la persecución antirreligiosa de 1936.
El testimonio de vida cristiana del matrimonio Casesnoves Soldevila está recogido en el libro «Un matrimonio para la historia«, del dominico José Esparza.
