(ANS – Roma) – Ayer, 19 de marzo, con ocasión de la Celebración de la Eucaristía de inicio del Ministerio Petrino del Papa Francisco, el Rector Mayor de los Salesianos ha hecho llegar una carta al Pontífice. Este es el texto:
Beatísimo Padre,
Me presento a Usted, a través de esta carta, para manifestarle, de parte de la Congregación y de toda la Familia Salesiana, los sentimientos de consideración y de enhorabuena por su nombramiento como Obispo de Roma y Sumo Pontífice. Le escribo en el día de la solemne inauguración de su Pontificado, que le deseo duradero y lleno de las bendiciones de Dios. Igual que estábamos seguros de haber encontrado un gran Pastor en Benedicto XVI, así ahora damos gracias al Señor por habernos dado otro gran Pastor en la persona de su Sucesor; en Usted, Santidad y Amadísimo Papa Francisco.
En este momento, como cristianos y religiosos salesianos, mientras expresamos la alegría por Su nombramiento, Le renovamos nuestra fidelidad y Le aseguramos el respeto filial heredado de Don Bosco. Él, frecuentemente se expresaba con frases llenas de afecto y de fe en relación al Sucesor de Pedro:
“Quien está unido al Papa está unido a Cristo” (MB VIII,567).
“Seremos obsequiosos con la Cátedra Apostólica, en todo, en todo tiempo, en todo lugar donde nos llame el Señor”. (MB XV,249).
“Una sugerencia del Papa es para mí una orden” (MB V,874). “Su palabra tiene que ser nuestra regla en todo y para todo” (MB VI,494).
Así hablaba nuestro Fundador Don Bosco y así quiere sentir, hoy, nuestro corazón.
Quiero decirle, Santidad, que inmediatamente después del anuncio de Su elección he recordado con alegría la bellísima e inolvidable experiencia de Iglesia en Aparecida, en mayo de 2007, donde tuve la gracia de conocerle y saludarlo personalmente. Juntos participamos en los trabajos, celebraciones y en los encuentros de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe; nos hemos encontrado, también, en la reunión de obispos argentinos, presidida por usted, para definir el lugar y la organización de la beatificación del Venerable Ceferino Namuncurá. No olvidaré nunca sus palabras llenas de estima por el trabajo de mis hermanos Salesianos en la Patagonia, y su intervención para que Chimpay fuese la sede de las celebraciones.
Conozco bien su cercanía afectiva a los Salesianos, particularmente con los de la comunidad de Almagro, donde se encuentra el P. Enrique Pozzoli, que fue su director espiritual, y el P. Lorenzo Massa, fundador del equipo de fútbol del San Lorenzo. Sobretodo he apreciado mucho su testimonio sobre nuestro hermano coadjutor Beato Artémide Zatti cuando Usted era Provincial de los Jesuitas, y su paternidad hacia nuestros hermanos, como Pastor de la Archidiócesis de Buenos Aires. Siempre me ha producido gran alegría su conocida devoción a María Auxiliadora, como han recordado tantos hermanos nuestros.
Desde el momento de su elección y presentación, hemos quedado encantados por el nombre elegido como Pontífice, que resume bien algunos rasgos de Su persona y anuncia un programa de renovación de la Iglesia, llevándola a su verdadera identidad y al Evangelio, mediante la sencillez, la austeridad y manteniendo la mirada puesta en el Señor Jesús.
Santidad, acogemos y hacemos nuestro su deseo de tener “el coraje, precisamente el coraje, de caminar en presencia del Señor, con la Cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor que ha sido derramada sobre la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo Crucificado. Y así la Iglesia marchará adelante”.
Santidad, fieles a la Iglesia y a nuestro Fundador Don Bosco, recogemos esta invitación suya y Le prometemos tenerla siempre presente en nuestra vida personal, en nuestras opciones pastorales y en nuestros programas apostólicos.
Le aseguramos nuestra oración. Que el Espíritu Santo lo asista en la delicada tarea que la Providencia ha querido encargarle, y que la Virgen María sea siempre la gran Auxiliadora de su ministerio.
Con esta carta Le enviamos, como signo de cercanía, una imagen de María Auxiliadora. Sería un gran regalo, para todos nosotros, tenerlo presente un 24 de mayo en Turín, en la Basílica de María Auxiliadora, construida con tanto amor por Don Bosco. Tal vez en 2015, año en el que celebramos el Bicentenario de su nacimiento.
Con espíritu de filial obediencia, Le aseguramos hoy y siempre nuestra devoción y nuestro afecto.
Roma, 19 Marzo 2013