En una emotiva ceremonia tres jóvenes salesianos realizaron el rito de la profesión perpetua y asumieron el compromiso público ante la Iglesia de entrega permanente a Dios y al servicio de los jóvenes.
La ceremonia se realizó el sábado 12 de enero en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Magdalena del Mar y fue presidida por el padre inspector Santo Dal Ben con la presencia de religiosos salesianos, familiares y amigos de los flamantes profesos perpetuos.
Los tres jóvenes provienen de las obras salesianas del Perú Leonel Paucará (Quebrada Honda – Cusco), Heber Quispe (Monte Salvado – Cusco) e Isaac Pinto (Ayaviri – Puno, animada por las Hijas de María Auxiliadora) y han recibido formación y acompañamiento de la comunidad salesiana.
El Padre Inspector destacó que la Iglesia Católica y la Congregación Salesiana se llenan de alegría por los tres hermanos y su entrega para siempre al servicio del Señor. Además explicó el sentido del rito de la profesión perpetua, que tienen en el cirio encendido el símbolo del camino iniciado con la luz del bautismo que los jóvenes encendieron al recibir el sacramento.
El Padre Santo pidió a los profesos perpetuos a “ser luz y que el mundo se ilumine con su energía, y a consumirse hasta el último momento de su existencia». También los exhortó a trabajar en favor de los jóvenes y de los pobres con entrega generosa sin egoísmos ni mediocridad.
Los jóvenes recibieron la Cruz de Jesús Buen Pastor como signo de su profesión perpetua y el abrazo de acogida de todos los Salesianos presentes en señal de acogida de sus hermanos.
¿Qué es la profesión perpetua?
La profesión religiosa es signo del encuentro de amor entre el Señor que llama y el discípulo que responde entregándose totalmente a Él y a los hermanos.
Es una de las opciones más elevadas para a conciencia de un creyente, un acto que renueva y confirma el misterio de la alianza bautismal, para darle una expresión más íntima y plena.
Al comprometerse públicamente ante la Iglesia, por cuyo ministerio es consagrado más íntimamente al servicio de Dios, el salesiano comienza una vida nueva, que se realiza en un servicio de entrega permanente a los jóvenes.
En la profesión se expresa también el recíproco compromiso del profeso que ingresa en la Sociedad y de ésta que lo acoge con alegría.” (C 23)
“La persona hace la profesión perpetua cuando ha alcanzado la madurez espiritual salesiana que requiere la importancia de tal opción.
La celebración de este acto va precedida por un tiempo conveniente de preparación inmediata, y acompañada por la atención fraterna de la comunidad inspectorial.
La profesión perpetua se hace, ordinariamente, seis años después de la primera profesión. No obstante, si lo cree oportuno el inspector, puede prolongar este tiempo, pero sin pasar de los nueve años” (C 117)