La Familia Salesiana estuvo de fiesta. Las calles del Rímac fueron testigos del amor y cariño de cientos de jóvenes y fieles, que pese a los rayos del sol, se hicieron presentes en el Oratorio del Rímac, para celebrar la Fiesta de Don Bosco. Desde las 3: 00 de la tarde se percibía un ambiente festivo. Niños, niñas, jóvenes y adultos iban llegando para formar parte de esta celebración que une a los salesianos con una sola finalidad: expresar el cariño y agradecimiento a Don Bosco, por su trabajo en favor de los más necesitados. No podían faltar los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano de Breña y Rímac, que al llegar al oratorio contagiaron su alegría. También participaron las integrantes de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA) e Hijas de María Auxiliadora.
A las 4:00 de la tarde se celebró la misa central, presidida por el Arzobispo de Ayacucho y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Monseñor Salvador Piñeiro, que contó también con la presencia del Padre Inspector Santo Dal Ben y salesianos religiosos. Durante la homilía el Monseñor destacó la importancia que tuvo Don Bosco en la formación de millones de jóvenes en el mundo. “Estamos aquí reunidos para celebrar Fiesta de aquel Padre y Maestro que nos enseña a cuidar a los jóvenes para que vivan con ilusión el evangelio de Jesús”. En otro momento de la celebración eucarística el padre sostuvo que “el ejemplo de la vida de los santos nos ayuda a acercarnos a Jesús”. Y en Don Bosco esto se ve reflejado. Finalmente mencionó que el principal proyecto educativo de Don Bosco era dar amor. La gran virtud de Don Bosco fue trabajar con los jóvenes en un lenguaje directo, generando mayor cercanía.
Al término de la ceremonia, se reunieron en el patio central del oratorio para dar inicio a la procesión. En el recorrido participaron padres de familia y exalumnos salesianos, quienes llevaban en hombros la imagen de Don Bosco. La música no podía faltar. La Banda de Exalumnos Salesianos también se unió a esta celebración.
El sol rímense se ocultaba y la tarde caía. Pero eso no era impedimento para seguir saltando, gritando y celebrando que Don Bosco está más vivo que nunca. Fueron casi 3 horas de procesión, donde por medio de cantos, bailes y con el apoyo de la banda de niños y niñas del Rímac se pudo celebrar a lo grande esta Fiesta.
Al culminar el recorrido, la imagen de Don Bosco ingresó al Oratorio del Rímac, donde se continúo con las celebración.
Informó: Renato Luna, Comunicador Salesiano.
Fotografía: Mirko Liñan, Comunicador Salesiano.