Mi querida Familia Salesiana del Perú, mis queridos hermanos Salesianos, queridos jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano. Amigos y amigas, queridas familias tan cercanas a las obras salesianas, me encuentro en Roma.
Y hoy aprovecho para saludarles, hacerles llegar mi abrazo fraterno, mi afecto. En este mes que hemos iniciado dedicado a nuestra Madre Auxiliadora les invito a seguir poniendo en su presencia toda la realidad de las familias, de las comunidades, de las necesidades de todo este hermoso pueblo de Perú. Les invito a seguir cuidando devoción a María Auxiliadora, que para nosotros es mucho más que una devoción, es algo carismático muy fuerte. Les invito a no olvidar lo que Don Bosco llevaba en el corazón: tener confianza en María auxiliadora y esperar esos milagros de vida, sentir que ella lo continuará haciendo todo.
Prometo mi oración y me encomiendo a ustedes.