LIMA (ACI).- El boxeador peruano Alberto Rossel, conocido como «Chiquito» por su baja estatura, afirmó que dedica el título mundial obtenido en la categoría minimosca a su pequeña hija Susan que tiene Síndrome de Down, porque es «un angelito del Cielo» que le mandó Dios y que le da las fuerzas para seguir luchando.
«Yo siento que Dios, gracias a mi esfuerzo, ha tocado mi corazón y me mandó un angelito del cielo, mi hijita Susan, que es una niña especial, lucho por ella y estoy feliz de darle todo mi amor», afirmó luego de recibir los Laureles Deportivos, el máximo reconocimiento que da el Gobierno peruano a los deportistas destacados.
De 34 años, Rossel se coronó campeón mundial interino de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), luego de vencer el sábado por decisión unánime al boxeador mexicano José «Torito» Rodríguez en una dura pelea.
En diálogo con un diario local, «Chiquito» recordó sus inicios humildes, en los que trabajó como agricultor en la provincia limeña de Huaral. Luego se mudó al populoso distrito de Villa El Salvador, donde en medio de la pobreza sacó «mucha fortaleza, ganas de progresar».
«Yo he visto cómo se ha desarrollado mi barrio, y yo quise progresar junto con él. En Villa hay violencia, delincuencia, pero en casa siempre recibí una buena y estricta educación pues mi padre es profesor. Él me inculcó el respeto, la humildad, los valores para ser bueno», afirmó.
Entre sus boxeadores favoritos tiene a Roberto «Mano de Piedra» Durán y a Sugar Ray Leonard, «y siempre me propuse ser como ellos».
Rossel expresó su felicidad por darle también esta alegría al Perú y dijo que, si bien al principio peleaba por él mismo, ahora lo hace por su familia, sus tres hijos nacidos y el cuarto por nacer.