(ANS – Río de Janeiro)– Ayer 25 de julio, por la Jornada Mundial de la Juventud en Río fue una jornada llena de emociones. Los protagonistas indiscutibles: Papa Francisco y los jóvenes.
Los discursos que el Papa está teniendo esta semana en Río de Janeiro son simples, intensos, profundos y, sobre todo, prácticos. No hay margen para la interpretación, solo para la elección de adhesión o no a lo que propone.
Significativas las palabras dirigidas a la Comunidad de Varginha, una favela de Río de Janeiro, y lo que les dijo a los jóvenes reunidos en Copacabana por la ceremonia de bienvenida. No pasa desapercibido el discurso hecho a los jóvenes argentinos reunidos en la Catedral de Río de Janeiro; palabras que, para la difusión mediática y, sobre todo para su portada, no pueden limitarse solo a sus compatriotas. Un discurso que llama la atención por las afirmaciones de «una filosofía y una práctica de la exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos»: los ancianos y los jóvenes.
» Quisiera decir una cosa: ¿qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá adentro va a haber lío, va a haber. Que acá en Río va a haber lío, va a haber. Pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera… Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero… Es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer”. Es posible encontrar el texto completo enespañol.
Igualmente sorprendentes son los gestos que el Papa Francisco está realizando en Río de Janeiro, ciertamente no fruto de la estrategia de imagen: la parada no planificada y la visita a una familia en la favela de Varginha, el intercambio del solideoy el aceptar el mate un peregrino al llegar a Copacabana, acariciar y bendecir a tantos niños y, sobre todo, prestar atención a quienes en las diversas ceremonias y encuentros se le acercan; el recuerdo, nada formal, al Beato Juan Pablo II, su predecesor Benedicto XVI y a Sophie Morinière muerta en un trágico incidente en la Guyana Francesa, mientras viajaba para Río de Janeiro.
Esto es lo que crea simpatía alrededor de Papa Francisco.
Los jóvenes, entonces, están comunicando su fe de diferentes maneras. Al presentarlos al Papa, el arzobispo de Río de Janeiro les dijo que con sacrificio y dificultad llegaron a Río de Janeiro.
¡Y es verdad! A pesar de la lluvia que está creando algunos problemas – tanto es así que los organizadores se han trasladado al lugar de la reunión final para la Vigilia y la Misa de Guaratiba en Copacabana – los jóvenes peregrinos testimonian con alegría su fe.
Ayer, desde las primeras horas de la mañana, filas de los jóvenes están entrando en Copacabana para asistir a la ceremonia de bienvenida del Papa Francisco. A pesar de la lluvia y la arena mojada comenzaron a acampar en la playa esperando pacientemente la llegada del Pontífice.
Es testigo el Rector Mayor que en la mañana, junto con algunos consejeros querían llegar al lugar del encuentro con el Papa. En no pocos momentos se detuvo para hablar con los jóvenes ya acampados o los que se acercaban al palco o con grupos mexicanos; en otras ocasiones fue detenido por los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano que lo reconocieron.