BRASILIA (ACI). La Conferencia de Obispos Católicos de Brasil (CNBB) informó que durante el año 2011 casi 11 millones de fieles visitaron a la Virgen María en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Aparecida, patrona del país.
Los exactamente 10.885.878 millones de peregrinos llegaron al poblado de Aparecida, en el estado de Sao Paulo, para venerar a la «Padroeira» (patrona) de Brasil en el imponente santuario en el que los obispos de América Latina celebraron la V Conferencia General del Episcopado de la región.
La CNBB señaló además que con respecto al año 2010, en 2011 llegaron 505.705 devotos más, teniendo el pico de visitas en el mes de octubre en el que llegaron 1.235.242 millones de peregrinos.
El día en que más fieles llegaron al Santuario de Aparecida fue el 13 de noviembre, cuando se acogió a 200.000 peregrinos. En su mayoría eran jóvenes que participaron de la 3º peregrinación nacional juvenil, ocasión en la que se recibió los íconos de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en julio de 2013 en Río de Janeiro.
Para el rector del Santuario, P. Darci Nicioli, «2011 fue un año bendecido. Vimos una gran participación de peregrinos y queremos repensar nuestra estrategia de acogida. De cualquier forma, el Santuario estará siempre preparado para recibir a los hijos e hijas de la Madre de Dios».
En el primer semestre de 2011, el Santuario recibió poco más de 4 millones de visitantes, mientras que en el segundo llegaron 6.616.756 millones.
Nuestra Señora de Aparecida
En octubre de 1716 pasaba por Guaratinguetá con rumbo a Minas, el gobernador de San Pablo, Pedro de Almeida y Portugal. Los pescadores de la zona querían darle la mejor atención, por lo que tendieron sus redes al río Paraíba, pero con escasa fortuna.
Viendo esto, uno de ellos llamado Juan Alves, corrió hasta el lugar denominado Itaguassú y habiendo allí lanzado sus avíos de pesca, sacó del primer lance entre las mallas de su red una imagen de la Virgen a la que le faltaba la cabeza.
Volvió de nuevo a lanzar la red en otra dirección y esta vez logró aprisionar la cabeza de la imagen. Lleno de asombro ante tal hallazgo, dirigió su barca hacia la orilla y después de limpiarla descubrió que era una Virgen Inmaculada.
Sus compañeros participaron de esta alegría y animados por este suceso volvieron a echar sus redes consiguiendo una abundante pesca, lo que se considera el primer milagro de la Virgen.
Aún se ignora el cómo vino a parar al río esta imagen pero todo hace creer que se remonta a los primeros tiempos de la colonización del Brasil. Los pescadores se llevaron la imagen y en la casa de uno de ellos, le arreglaron un sencillo altar.
Más tarde otro pescador al trasladarse a Itaguassú, construyó en su nuevo domicilio un oratorio y en él puso la imagen, ante la cual los vecinos se reunían para rezar el rosario y entonar himnos.
En 1904 fue coronada canónicamente y en 1930 el Papa Pio XII la nombró Patrona de Brasil.