ROMA (ACI).- Mons. George Marsi, ecónomo general del Patriarcado siro-católico en El Líbano, dijo a Radio Vaticana que los católicos en ese país de Medio Oriente anhelan llenos de esperanza el próximo viaje del Papa Benedicto XVI a ese país a mediados de septiembre de este año.
Mons. Marsi dijo que «esperamos mucho con la visita del Santo Padre, porque es un evento de esperanza para toda la Iglesia, sobre todo para nosotros, siro-católicos, que somos una pequeña minoría, que vive su propio testimonio de sangre».
«Somos una Iglesia de mártires y, al mismo tiempo, una minoría que vive la confianza y la esperanza en Jesucristo», añadió.
Mons. George Masri destacó la importancia de la visita de Benedicto XVI para impulsar el diálogo entre cristianos y musulmanes, en una región en la que los cristianos son una minoría:
«Es muy importante la visita del Santo Padre para Oriente Medio, sobre todo para este pequeño país que es El Líbano. El Santo Padre nos da confianza y alienta a vivir con nuestros vecinos musulmanes para llevar un diálogo de vida, porque el diálogo dogmático no es fácil, sino que estamos conviviendo con la población musulmana».
También dijo que «esperamos mucho de la visita del Santo Padre y nos estamos preparando – cristianos y musulmanes – para este gran acontecimiento. Anhelamos que el diálogo entre nosotros y nuestros hermanos musulmanes siga siendo un diálogo de verdadera convivencia».
Ante la delicada situación en El Líbano, el ecónomo general del Patriarcado siro-católico hace hincapié en que las tensiones políticas no ensombrecerán la visita del Papa: «lamentablemente se verifican estos eventos, pero ciertamente no ensombrecen la visita del Santo Padre, porque esta visita da confianza a la gran mayoría de toda la población libanesa y a todos los cristianos de Oriente Medio».
«Esperamos que la primavera árabe sea verdaderamente una primavera. El verdadero diálogo que debemos impulsar con nuestros hermanos musulmanes es el de poder tener una igualdad entre todos los ciudadanos, fundada en la ciudadanía y no en la pertenencia religiosa: somos todos hijos de Dios – musulmanes y cristianos».
Para concluir, el ecónomo aseguró que «esperamos que Occidente pueda ayudar a esta región, en el desarrollo de una verdadera democracia. La religión musulmana prevé un régimen teocrático, no democrático: si queremos impulsar un verdadero diálogo, éste se debe afianzar en los valores civiles y no en criterios religiosos».