(ANS – Roma)– La Inspectoría Salesiana del Medio Oriente, fundada hace más de 100 años, hoy está presente en siete países. En las «buenas noches» del martes 4 de marzo, su Superior Abuna Munir El Rai, la presentó a los Capitulares.
«Es una de las Inspectorías más complejas de la Congregación por la diversidad culturales y lingüísticas, por la historia y las tradiciones, por la variedad de denominaciones cristianas y de las iglesias orientales, por los conflictos entre los diferentes países, por la no resuelta cuestión palestina, y por la presencia mayoritaria del Islam», comentó el inspector.
Es la Inspectoría que incluye muchos lugares sagrados para las tres grandes religiones monoteístas, y que cuenta con poco menos de 100 salesianos, distribuidos en 13 comunidades en 7 países: Palestina, Israel, Siria, Líbano, Egipto, Turquía e Irán.
Oratorios, escuelas, parroquias, centros de formación profesional, el Instituto Teológico de Ratisbona, centros locales de Salesianos Cooperadores, como en muchas Inspectorías. E incluso los lugares santos de Beitgemal, por la referencia a San Esteban y al venerable Simón Srugi, la bodega de Beitgemal y Cremisan, el Centro Artístico, el Museo Internacional de la Natividad y la Panadería en Belén.
La Inspectoría del Medio Oriente hace referencia a la región que entre finales de 2010 e inicios de 2011 se vio afectada por una ola de protestas, violencia y disturbios que sacudieron las sociedades árabes en todas las dimensiones (social, política, económica, cultural, religiosa, educativa…).
En este contexto viven las comunidades cristianas, y en ellas, las comunidades de los Salesianos, quienes juntos dan testimonio de comunión y de fraternidad, más allá de las diferencias de cultura, edad o formación.
En las comunidades educativas salesianas es relevante la acogida para jóvenes y adultos pertenecientes a diferentes confesiones cristianas y a diversos ritos, y está creciendo la atención a los desplazados y refugiados.
Es de resaltar el compromiso de construir el diálogo, especialmente con el Islam, a través del servicio educativo con jóvenes cristianos y musulmanes juntos, siempre que sea posible.
Los Salesianos y las comunidades cristianas, auténtica minoría, se enfrentan a muchos retos con valentía y sacrificio, comenzando desde la unidad; resuena la llamada de los Patriarcas Católicos: «En Oriente, o serán cristianos unidos, o no serán». Creciente es el problema de la migración de los cristianos: las estadísticas dicen que algunas Iglesias (armenios, asirios, melquitas, maronitas, sirio-ortodoxos) son más numerosos en la diáspora (50-70 %) que en la zona de origen. Los cristianos de Medio Oriente en el extranjero serían 12 millones (en comparación con 15-16 en la región).
Al mismo tiempo, también está creciendo la inmigración: son trabajadores expatriados y sobre todo si provienen del subcontinente indiano, de Filipinas y de Etiopía. Muchos de ellos (alrededor de dos millones) son cristianos.
A pesar de las dificultades, en Egipto se puede ver signos positivos de estabilización y las tres comunidades siempre han mantenido la totalidad de sus actividades escolares y oratorianas.
Para Siria, no hay aspectos nuevos, más allá de lo que ya se sabe acerca de los disturbios y la violencia. La situación es muy problemática. Se hace lo que se puede, sin asiduidad y en la incertidumbre cotidiana.
Más que recontar episodios de una guerra que siembra dolor, es bueno dar gracias: «E justo agradecer a todos aquellos que han ayudado con su generosidad a aliviar el sufrimiento de tantos sirios afectados por la calamidad de la guerra: benefactores, parientes, amigos, organizaciones caritativas, Salesianos… Esto ha hecho posible ofrecer ayuda indispensable a quien tenía y todavía tiene necesitaban», concluyó el Superior salesiano.