(ANS – Roma)– «Un verdadero tiempo de gracia y de presencia del Espíritu» es la experiencia vivida durante el Capítulo General 27, que concluyó hoy sábado 12 de abril.
Inició con esta expresión Don Ángel Fernández Artime, décimo sucesor de Don Bosco, en el saludo final frente a los más de 200 Capitulares, y así tituló su discurso: «Una oportunidad para ser más de Dios, más de los hermanos, más de los jóvenes».
Es la recuperación de los tres núcleos temáticos ya indicadas cuando el CG27 fue organizado por Don Pascual Chávez: místicos en el Espíritu, profetas de la fraternidad, siervos de los jóvenes.
El tema «radicalidad evangélica – trabajo y templanza» ha guiado la experiencia del Capítulo que duró siete semanas, implicando en la vida comunitaria y en el estudio, en la oración y en la discusión y en la síntesis que se encuentra en el documento final.
En el documento final se repite una expresión que guía los tres momentos de escucha, lectura y camino: Como Don Bosco, en diálogo con el Señor, caminamos juntos movidos por el Espíritu, haciendo experiencia de vida fraterna como en Valdocco, disponibles a la planificación y a la cooperación, ‘en salida’ hacia las periferias, convirtiéndose en signos proféticos al servicio de los jóvenes.
Para que «la oportunidad se convierta en un acontecimiento de gracia» debe ser guiada y acompañada por la palabra que recuerda que sin raíces no se puede dar buenos frutos, y por eso las ramas siempre deben estar unidas a la vid.
Por ello se hace varias veces memoria que como Salesianos de Don Bosco las raíces están en el Evangelio y en I Becchi y Valdocco: esto dice el Rector Mayor, conciente de estar involucrado y envuelto en la trama de Dios, con una fraternidad que sea irresistiblemente profética, listos a vivir la radicalidad al estilo del trabajo y de la templanza, convencidos de que para ser buenos siervos de los jóvenes no se puede ser dueño de nada ni de nadie.
Con estas fuertes premisas y condiciones la una mirada es salesianamente dirigida al futuro de las opciones del Capítulo General e iluminada principalmente por la voluntad de testimoniar al Dios de la vida. Don Ángel no esconde el desafío, en primer lugar el de asumir la profundidad de vida interior «que no es nuestra mayor fortaleza». Y luego que hay que invocar al Espíritu Santo, para que tengamos la fuerza para revertir esta tendencia.
Será posible animar comunidades y jóvenes, y entre ellos han de ser favorecidos los pobres, los menos, los excluidos. Es urgente evangelizar a los jóvenes, caminando con ellos para enfrentar juntos los desafíos. Una misión, la salesiana, que vive en el compartir con los laicos corresponsables y con la Familia Salesiana.
Concluye el Rector Mayor con el último pensamiento a María y a Don Bosco, para que sean ellos los que acompañen una auténtica búsqueda de Dios, la experiencia de una fraternidad profética y el servicio a los jóvenes con el corazón del Buen Pastor.
La Eucaristía de la mañana, la Asamblea General, y las palabras del Regulador, P. Francesco Cereda han concluido el Capítulo General 27.