(ANS – Santiago) – “¿Por qué en Chile son posibles actos vandálicos como estos? ¿Qué le está pasando a nuestra alma democrática tan respetuosa del derecho y tan sensible ante la vulneración de los derechos humanos fundamentales?”, de esta manera se expresaba el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, durante la homilía de desagravio en la Eucaristía, el sábado 11 de junio, en el Templo de la Gratitud Nacional, tras los incidentes que terminaron con un Cristo crucificado destrozado.
Concelebraron los obispos Héctor Vargas SDB de Temuco; Tomás González, emérito de Punta Arenas; Jorge Concha, auxiliar de Santiago; gran cantidad de presbíteros y diáconos de la arquidiócesis de Santiago, además de religiosos y religiosas de congregaciones. También estuvieron presentes, encabezados por el Provincial, P. Alberto Lorenzelli, salesianos de varias comunidades y muchos fieles reunidos para la Celebración Eucarística de desagravio.
A la misa, realizada la noche de este 11 de junio, asistieron cerca de dos mil personas, quienes se sumaron al rechazo que generó el ataque de encapuchados de este jueves, en el marco de una marcha estudiantil. En esa línea, la autoridad de la iglesia católica chilena sentenció que se debe trabajar ayudar a los jóvenes a que no vivan con odio. “La opinión mía es que la mejor ley es una educación de calidad que comienza en la familia, que crece en la escuela y que encuentra en la sociedad un estímulo para la formación de las personas”.
Por otra parte el Cardenal Ezzati apuntó, además, a las actuales carencias de la sociedad: «Nos falta mucha amistad cívica, nos miramos unos a los otros como locos y no como hermanos o como personas que tienen un mismo ideal, una misma meta».
En su homilía, el Cardenal, lamentó que el deseo honesto de muchos jóvenes, haya terminado en el atropello a otros derechos. No obstante, llamó al perdón: “Perdónalos Señor, no saben lo que hacen”.
El P. Lorenzelli, Inspector, envió un mensaje a aquellos jóvenes que sacaron la imagen de Cristo desde la Gratitud Nacional y la destrozaron en plena Avenida Alameda: “De parte nuestra hay sentimientos de perdón, de encuentro y de diálogo”.