REL – Hay fuerzas empeñadas en seguir produciendo violencia en las JMJ. Los incidentes violentos se produjeron este lunes, después de la salida del Papa Francisco de la sede del gobierno del estado de Rio de Janeiro, el Palacio de Guanabara, donde pronunció un discurso sobre el ansia de verdad y amor genuino de los jóvenes.
Los manifestantes cerca del palacio eran unos 1.500. Los violentos arrojaron según el diario brasileño ´Folha de Sao Paulo´ latas y botellas contra los agentes de Policía que respondieron con el uso de gases lacrimógenos.
La Policía anunció además que detuvo a un manifestante bajo la acusación de haber lanzado un cóctel molotov. De hecho, un policía sufrió quemaduras en el tórax tras recibir el impacto de un cóctel molotov y fue trasladado «con urgencia» a un hospital. Las protestas ante el palacio se saldaron con 4 heridos y 7 detenidos.
También atacan a los periodistas
Dos detenidos eran activistas de un grupo que transmite en directo las protestas por Internet: para la Policía son sospechosos de «incitación a la violencia». Un fotógrafo de la Agencia AFP y otro de Globo recibieron impactos de objetos en la cabeza. Los manifestantes anti-sistema brasileños han atacado en ocasiones anteriores varias veces a los periodistas y unidades móviles de los grandes medios de comunicación.
Un manifestante resultó herido por un tiro con bala de goma en la pierna, según la propia Policía Militar. Las fuerzas del orden han usado estas balas y los gases lacrimógenos para dispersar a los congregados.
Algo de cristianofobia, mucho de anarquismo
Aunque los eslóganes y la motivación tenían más relación con el anarquismo político que con la cristianofobia -por ejemplo, quemaron un muñeco que representaba al gobernador de Rio, no al Papa, y las consignas coreadas se referían al gobierno local- entre esos manifestantes había feministas laicistas que reclamaban «un estado laico» y «derechos civiles».
Lo cierto es que en Brasil legalmente las mujeres tienen los mismos derechos civiles que los hombres y que desde 1891 Brasil no tiene religión oficial y la Constitución garantiza la libertad de religión y la laicidad, entendida como separación entre iglesias y Estado.
Besos-protesta de gays ante una iglesia
Otro protesta distinta fue la convocada por los movimientos del homosexualismo político y los lobbies gays groseros, con unas 2.000 personas (en una población de 6 millones de habitantes, 12 millones si se cuenta el área metropolitana).
Comenzó con un «espectáculo» de besos-protesta de homosexuales en las escalinatas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Gloria, seguido de escenas de top-less y tetas al aire, buscando provocar y disgustar a los jóvenes peregrinos católicos en las inmediaciones de este templo.
Un escalón más: artefacto explosivo
Pero más inquietante es que la Policía encontrase un artefacto explosivo de factura casera en el Santuario de Aparecida, el santuario mariano que es casi el más visitado de América (después de Guadalupe, México).
Aunque la Policía lo hizo explotar de forma controlada y declara que tenía un bajo potencial lesivo, supone una escalada en el nivel de agresividad y cristianofobia en una JMJ.
La seguridad en Aparecida está a cargo de unos 5.000 hombres de todas las fuerzas de seguridad, con unas 200 patrullas dotadas de equipos de defensa incluso contra ataques químicos.