REDACCIÓN HO.- Los islamistas se ha lanzado con furia contra la minoría cristiana del país, a la que responsabilizan de conspirar y ser cómplice activo del proceso que les arrebató el poder. Segúndeclaraciones del obispo de Giza, Antonius Aziz Muna, a Radio Vaticano los autores de estos ataques son los Hermanos Musulmanes que, según aseveró, están ligados a la organización terrorista Al Quaeda, y a la palestina de Hamás.
El obispo añadió que los Hermanos Musulmanes piensan que atacando a las iglesias, “los cristianos entrarán en conflicto con el Gobierno y con el ejército y quieren por tanto, extender los desórdenes en todo el país”. Sin embargo, dijo Aziz a Radio Vaticano, los cristianos son conscientes de que “hay que pagar un precio para aislar a estas facciones” y “la fuerza que tienen es solamente terrorista”. El obispo Aziz añadió que la postura de los cristianos, católicos, ortodoxos y protestantes “es compacta y decimos: No al terrorismo”.
La minoría cristiana de Egipto, siempre perseguida
Los cristianos han sufrido desde hace mucho discriminación y violencia a mano de la mayoría musulmana de Egipto, donde son sólo el diez por ciento de los 90 millones de habitantes. Las agresiones aumentaron después que los islamistas llegaron al poder a raíz de la Primavera Árabe de 2011, que derrocó a Hosni Mubarak, lo que alentó a los extremistas.
Pero los cristianos han sido objeto de agresiones también desde que el presidenteMohamed Morsi fue derrocado el 3 de julio, lo que provocó una ola de violencia entre los islamistas, liderados por la Hermandad Musulmana, el partido de Morsi.
Más de ochocientos muertos en todo el país
Los islamistas mantienen su llamamiento a una “semana de la ira” en respuesta a los más de 800 muertos que han dejado los choques con las fuerzas del orden en los últimos días, pero empiezan a dar muestras de no poder hacer frente a la maquinaria militar y ayer tuvieron que cancelar varias marchas vespertinas en El Cairo “por motivos de seguridad”.
Según publica ABC, los blindados del Ejército bloquean las principales arterias de la capital y para las manifestaciones que salen de las mezquitas es prácticamente imposible juntarse para formar un grupo importante. A partir de ahora, además, las mezquitas se abrirán únicamente para la oración con el objetivo de evitar que sirvan de lugar de concentración para violentos manifestantes.